“Es un avance extraordinario, de la tierra al cielo. Nosotros comprábamos (para la planta eléctrica) un galón de gasolina por 350 pesos y un pote de aceite de casi 500 pesos para una lavada. No podía uno lavar dos veces, ni usar una licuadora, ni nada”, cuenta Juan Márquez para describir el complejo modo de vida de 350 familias ubicadas en una zona remota de la provincia Santiago Rodríguez, donde llegó la energía eléctrica por primera vez en diciembre del 2023.
Hasta esa fecha, el líder comunitario llevaba la mayor parte de sus 56 años de vida usando trozos de madera de cuaba, velas, fósforos y plantas eléctricas para sus tareas cotidianas, entre las frescas montañas que abrazan la comunidad El Palero en la zona noroeste del país. Ahora, destaca la labor de la comunidad en la construcción del canal para la toma de agua del río Cenovicito.
Para mejorar su calidad de vida, él y un equipo de comunitarios se dispusieron a elaborar una propuesta de electrificación rural que duró más de una década en proceso de construcción. Se trata de la mini hidroeléctrica El Palero, iniciada en el 2013 e inaugurada simbólicamente por el presidente Luis Abinader el 4 de diciembre del 2023, con un costo de 84,767,311.40 pesos.
El proyecto va en beneficio de 350 familias y pequeños negocios. Incluye la instalación de alumbrado público entre seis comunidades de la boscosa zona de la provincia, a unos 37 kilómetros de San Ignacio de Sabaneta, el pueblo más cercano a su ubicación.
Las penurias que han pasado los munícipes, ubicados entre las rocosas montañas, llevó a algunos de los más jóvenes a emigrar a otras provincias para estudiar, buscar trabajo o emprender con actividades que dependen de la electricidad.
Ahora, con la electricidad, se está viendo el entusiasmo por impulsar sus comunidades, agregando valor a la oferta ecoturística con la integración “del lujo” de escuchar música o de ver algún programa de televisión local o por cable.
80,380 hogares sin energía
Al cierre de diciembre del 2022, en el país había unos 80,380 hogares sin energía eléctrica, para el 2.16 % de las viviendas existentes, de acuerdo con el Décimo Censo Nacional de Población y Vivienda de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El 36.12 % de esas casas se ubica en la región Yuma, que se conforma por las provincias El Seíbo, La Altagracia y La Romana.
El dato lo precisó Francisco Cornelio, titular de la Dirección de Electrificación Rural y Suburbana del Ministerio de Energía y Minas (MEM), quien indicó que para llevar la energía a las edificaciones identificadas en el censo se necesitarían 6,823 millones de pesos.
Mientras tanto, el gobierno ha desarrollado una serie de alternativas, con apoyo del sector privado y las comunidades, para que los hogares sin el servicio reciban energía. Desde agosto del 2020 a igual mes del 2023, se han ejecutado unos 83 proyectos para llevar la energía a zonas “donde es casi imposible” instalar un sistema convencional de redes.
“Tenemos tres tipos de proyectos: llevando luz a través de paneles fotovoltaicos, mini hidroeléctricas y extensión de redes, con una potencia instalada de 3,339.67 kilovatios”, explicó Cornelio.
A agosto del 2023, se había impactado a 3,488 familias, con una inversión total de 324.64 millones de pesos. Del total de casas beneficiadas, 2,117 reciben el servicio por extensión de redes, 1,069 por la instalación de paneles en el techo de sus hogares y 302 tienen luz durante todo el día por pequeñas centrales hidroeléctricas.
En Santiago Rodríguez existen los tres tipos de alternativas de electrificación rural. “Con el proyecto El Palero y El Aguacate, donde se ubican las tres fases de mejora eléctrica: extensión de redes en El Aguacate y el Aguacatico, mini hidroeléctricas en el centro de Palero y paneles solares en los Aquelles y otras localidades, llevamos soluciones que impactan el medioambiente”, precisó Cornelio.
“Son proyectos para familias de escasos recursos”, precisó. “No podemos ponerle unos paneles solares a una finca que claramente maneje recursos para adquirir su kit eléctrico”.
El sistema al que se refiere tiene un costo aproximado de 100,000 pesos e incluye el alambrado interno de la vivienda, los conectores, interruptores, rosetas -la base para instalar los bombillos- y demás materiales, para dejar funcionando un pequeño sistema de panel fotovoltaico, como los que instala el MEM.
El funcionario explicó que la extensión de redes aplica en pueblos donde el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) está próximo a las comunidades, para lo que agotan una inversión menos cuantiosa para extender la distancia del cableado y conectar las nuevas localidades que se van desarrollando al margen de la urbanización.
