REDACCIÓN.- Cuando inauguraba una obra, el entonces alcalde de Lima apenas se sorprendió con el lechón que le regalaron.
Sabía que sería su imán político. Así despegó la campaña para que Porky, el apodo que adoptó este ultraconservador, se lanzara este lunes por la presidencia de Perú.
De 64 años, Rafael López Aliaga renunció a la alcaldía para ser candidato en las elecciones del 12 de abril.
Este millonario empresario, fiel del Opus Dei, encabeza las encuestas en medio de la peor crisis de inseguridad que enfrenta Perú por cuenta del crimen organizado.
La prensa ya habla de su aspiración con «revancha de Porky», tras perder los comicios en 2021.
Al presentar su dimisión, aseguró que quiere llegar a sus «hermanos» para «darles estabilidad económica (…) y quitarles los miedos».
López Aliaga anunció su candidatura apenas tres días después de la destitución de la mandataria Dina Boluarte en el Congreso. Fue reemplazada por el hasta entonces jefe del parlamento, José Jerí.
Es el séptimo presidente en una década, síntoma de una inestabilidad agravada esta vez por la ola de extorsiones y asesinatos.
Los peruanos piden a gritos en las calles soluciones radicales. Un pedido que se ajusta bien al plan de «guerra» contra las bandas que defiende López Aliaga, un admirador de líderes como Donald Trump o Nayib Bukele.
«Es el único que se enfrenta a la corrupción, ahorita estamos viviendo mucha inseguridad y nadie hace nada por el Perú», señala a la AFP Isabel Silva, una trabajadora de 38 años, durante un acto del entonces alcalde.
– Apodo que blinda –
Mofletudo y de buen humor, el jefe partido Renovación Popular transformó su sobrenombre en un poderoso símbolo político. Llegó a firmar como Porky las imágenes del dibujo animado que le acercaban los niños en su primera campaña.
En junio de este año, durante la entrega de una obra vial, un vecino le entregó un pequeño cerdo con una capa roja. El ahora candidato llamó a su mascota «Worky» para destacar su «amor por el trabajo».
Después aparecieron en Lima unas 50 vallas de «Rafael López Aliaga Presidente». En sus posteriores actos la gente ya coreaba su candidatura y le obsequiaban muñecos de peluche del chanchito.
«Ese apodo lo hace atractivo a la gente, es un personaje de tira cómica, da risa y es el tipo al que se le perdonan muchas cosas», explica a la AFP el analista político Mirko Lauer.
– Alternativa de hierro –
En julio la justicia electoral cuestionó en un informe el uso de Worky con fines de propaganda proselitista, lo que está vetado para los funcionarios.
También es investigado por un escándalo de lavado de activos en agravio del Estado cuando no era alcalde, señalamiento que él niega.
Pero esta vez Porky se ha posicionado como la alternativa de hierro frente al crimen.
Entre otras medidas, promueve que tribunales militares juzguen a extorsionadores y sicarios, a quienes describe como «terrucos (terroristas) urbanos». O también el envío de criminales al complejo carcelario que construyó Bukele en El Salvador.
«Ya ha habido tribunal militar antes. Volvamos a tenerlos porque estamos en guerra», dijo en septiembre, en alusión al sangriento conflicto interno con las guerrillas de ultraizquierda.
– Contra la prensa –
López Aliaga es un ingeniero que ha hecho fortuna en los sectores hotelero y ferroviario. Ha confesado ser célibe desde los 20 años y que a diario practica el rito del cilicio.
Desprecia el aborto como «un asesinato cruel» y también rechaza la eutanasia.
Entre sus blancos también están los grandes medios peruanos críticos de su gestión, a los acusa de ser «pasquines mermeleros», es decir comprados por intereses políticos o económicos.
Fuera de Lima, sus formas son vistas como autoritarias.
Yovana Mendoza, de 49 años y quien preside un grupo de víctimas de la represión estatal en la región de Ayacucho, quiso marchar en la capital peruana el año pasado, pero una ordenanza municipal se lo impidió.
«El señor Porky, o para nosotros, Puerky, nos sacó una resolución para que nosotros, los provincianos, no podamos ingresar a la ciudad de Lima. Entonces, ¿de qué tipo de persona estamos hablando? De un señor racista y clasista», dijo a la AFP telefónicamente.