El perseguido por las autoridades estadounidenses por haber revelado cientos de miles de documentos confidenciales, Julian Assange, de 52 años, comparecerá el miércoles ante un tribunal federal de las Islas Marianas del Norte, territorio de Estados Unidos (USA), en el Pacífico.
Allí se espera que se declare culpable de “conspiración para obtener y revelar información relativa a la defensa nacional”, según documentos judiciales, que también mencionan a su cómplice, la militar estadounidense Chelsea Manning, en esta filtración masiva de datos.
Assange podría ser condenado a 62 meses de cárcel, pero por haber cumplido un tiempo similar de prisión preventiva en Londres, se espera que pueda regresar en libertad a Australia.
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Su esposa, Stella Assange, expresó “una inmensa gratitud” a quienes se han movilizado “desde hace años” para lograr que su liberación sea una “realidad”. Su madre, Christine Assange, dijo estar “agradecida de que el calvario de mi hijo finalmente esté acabando”. “Esto demuestra la importancia y el poder de la diplomacia secreta”, afirmó a la prensa australiana.
El Gobierno australiano reaccionó a la noticia diciendo que el caso Assange “se había prolongado demasiado” y que su detención ya no tenía ningún interés, según un portavoz del primer ministro.