Tras varios días de protestas, los agricultores extendieron los bloqueos y manifestaciones por toda Francia y amenazaron con bloquear a París, si el Gobierno no responde a sus reivindicaciones.
Los agricultores tienen al menos 77 puntos de bloqueo en varias partes del país, según datos de la FNSEA, la federación de sindicatos de agricultores más grande del país.
Uno de los bloqueos principales se realizó con tractores en la autopista que conecta a París con Bélgica, uno de los ejes terrestres más importantes de Francia.
Según informaciones, los manifestantes se están organizando para pasar la noche del jueves allí y señalan que “paralizando Francia”, “quizás obtengan algunas respuestas”.
La sección de la FNSEA en la región de Isla de Francia -a la cual pertenece París- y el sindicato de Jóvenes Agricultores (JA) llamaron a sus miembros a agruparse el viernes 26 de enero “en las principales carreteras alrededor de la capital”, amenazando con bloquear la metrópoli. De momento, las organizaciones nacionales de estos mismos sindicatos no se han sumado al llamado.
Denuncia de competencia desleal
Expresando su rechazo a la competencia internacional que consideran desleal, los manifestantes pararon y vaciaron camiones extranjeros, en su mayoría españoles, marroquíes o búlgaros, cerca de Montélimar, una ciudad del sureste del país. “Queremos competir con las mismas armas”, repetían los campesinos en los diferentes puntos de manifestación.
Otros agricultores, con un centenar de tractores, se reunieron en Rennes, una ciudad del noroeste. Se dirigieron hasta la prefectura regional equipados de granadas de humo. Acompañados por pescadores de la región, denunciaron las normas europeas, en particular a nivel medioambiental, que, según dicen, los perjudican.
En otros sitios, las movilizaciones incluyeron disturbios. Cerca de la ciudad de Béziers, en el sur del país, viticultores forzaron las puertas de dos almacenes de un importante comercio de vinos, y una pancarta de una protesta clamaba: “Ahora es pan o será plomo”.
Una lista de 140 puntos “no negociables”
Hasta ahora, los agricultores han logrado atraer la atención de la opinión pública, que, según los sondeos, apoya sus reivindicaciones, a través de acciones concretas como el lanzamiento de purín – restos de vegetales, cosechas, semilla- frente a delegaciones del Gobierno y supermercados y con el corte de carreteras.
El miércoles, los sindicatos del sector presentaron 140 puntos al nuevo primer ministro, Gabriel Attal, que van desde el pago inmediato de ayudas hasta la flexibilización de las restricciones medioambientales. “Por el momento, nada es negociable”, aseguró Arnaud Gaillot, presidente de Jóvenes Agricultores, en referencia a la lista de reivindicaciones que han transmitido al Gobierno.
La presión está aumentando sobre el Gobierno francés para brindar soluciones a estas solicitudes. “Los “sindicatos corren el riesgo de desbordarse si la espera es demasiado larga”, advierten los servicios de inteligencia, subrayando que “los riesgos de disturbios son reales”.
El primer ministro, Gabriel Attal, y los titulares de Agricultura, Transición Ecológica y Economía se reunieron el jueves 25 de enero para abordar la situación. Se espera que el Gobierno anuncie el viernes las primeras medidas en respuesta a las demandas de los agricultores.
Calmar la protesta es clave para el presidente del país, Emmanuel Macron, y el partido oficialista de cara a las elecciones europeas de junio próximo, cuando todas las encuestas auguran un triunfo de la extrema derecha. Tanto el cabeza de lista de la ultraderecha, Jordan Bardella, como la líder del partido Agrupación Nacional, Marine Le Pen, han multiplicado en los últimos días los mensajes de apoyo a los agricultores.