Este fin de semana, la cantante mexicana Ana Gabriel dejó a sus seguidores con la boca abierta al anunciar sorpresivamente su próximo retiro de los escenarios, tras enfrentarse durante un concierto a un grupo de seguidores que la abuchearon por utilizar el micrófono para dar un mensaje político.
La noche del 25 de febrero en Los Ángeles, California, la intérprete de ‘Simplemente amigos’ aprovechó un espacio entre canción y canción para hacer un llamado a “defender al INE (el Instituto Nacional Electoral)”.
Ana Gabriel se refería a la manifestación que tuvo lugar el pasado domingo en la Ciudad de México para mostrar el rechazo ciudadano a una reforma de la ley electoral que impulsó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La reacción del público -mayoritariamente mexicano- fue variada. La mayoría guardó silencio, quizá por no saber cómo reaccionar ante una postura política inesperada en un tema controvertido; unos pocos aplaudieron y otros más abuchearon a la cantante, mostrando ya sea su simpatía por el presidente mexicano o su rechazo a la politización de un concierto.
Lo cierto es que lo dicho por la intérprete y la reacción del público -las voces a favor y en contra- son un fiel reflejo de la polarización política que vive el país.
En México, cantantes que históricamente se han identificado con la izquierda política como Eugenia León, Regina Orozco y David Aguilar expresan abiertamente su apoyo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al igual que actores como Damián Alcazar y Tenoch Huerta, quien recientemente se reunió con el presidente.
Otros artistas como Rubén Albarrán -vocalista de Café Tacvba-, Natalia Lafourcade, Eugenio Derbez, Gael García Bernal o Laura Zapata han levantado sus voces para criticar a la actual administración.
En ambos casos suelen reciben por igual críticas y apoyos en redes sociales.
Los artistas pueden tener una opinión política y tienen derecho a expresarla. Eso no está a discusión. Pero deben estar preparados para que su público piense distinto a ellos y quieran hacerse notar como sea, incluso con gritos y abucheos.