Redacción. China registra a tormentas de arena sin precedentes en la ciudad de Pekín. Por quinto día consecutivo, sus ciudadanos se encuentran atrapados en sus casas sin poder abrir las ventanas.
Según expertos, el calentamiento global ocasiona que los vientos amarillos del desierto de Gobi duren más, aumentando las tormentas. Es la octava vez este año que los vientos del Gobi se instalan en las megalópolis del norte de China.
Astronautas en la tierra
“La primavera ya está aquí, las flores están por todas partes, pero no se ven”, explica una treintañera de la provincia de Jiangsu, en un parque de la capital con su hermana y su bebé. El pequeño va disfrazado de astronauta para protegerse de la arena.
“Somos del sur, y este año también hay vientos arenosos en el sur. Llevamos aquí una semana. Y hoy queríamos salir. Pero mira: ¡llevamos mascarillas! Y para el bebé, le hemos puesto esta gran visera de plástico que tengo que mantener en su cuello, porque si no le entra el polvo”, explica otra mujer.
Los detectores de micropartículas han arrojado índices desde más de 500 en los últimos días, a unos 200 el viernes. Mientras que los instrumentos pueden respirar, los pekineses siguen preguntándose por el origen del polvo.
Aumento de las temperaturas
La administración de bosques y pastizales informó que estas recurrentes tormentas de arena proceden principalmente del sur de Mongolia y de la provincia china de Mongolia Interior. Este año han sido perjudicadas zonas al sur del río Yangtsé: 400 millones de personas de 15 provincias se ven afectadas, según anunció el martes pasado el Observatorio Meteorológico de China.
Al nombrar culpables, se responsabiliza a las actividades humanas, el pastoreo excesivo y las centrales eléctricas de carbón, junto con el calentamiento global que las acompaña. “En marzo, el sur de Mongolia y el noreste de China registraron un aumento de la temperatura de entre cinco y ocho grados”, afirmó Liu Bingjiang, director del departamento de contaminación atmosférica en el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente.
El calentamiento, junto a la falta de cobertura nevada, ha ocasionado un deshielo prematuro del permafrost, alegó el director.
