jueves, noviembre 14, 2024

Daño en el tronco encefálico podría estar impulsando el COVID prolongado

El daño en el tronco encefálico podría estar detrás de los efectos físicos y psicológicos del COVID prolongado, sugiere un estudio reciente.

Los escáneres cerebrales de 30 pacientes con COVID prolongada encontraron que tenían daños en la región del tronco encefálico asociados con la falta de aire, la fatiga y la ansiedad, informaron los investigadores en la edición del 7 de octubre de la revista Brain.

“El tronco encefálico es la caja de unión crítica entre nuestro yo consciente y lo que sucede en nuestros cuerpos”, señaló el investigador colíder James Rowe, investigador principal del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge.

“La capacidad de ver y comprender cómo cambia el tronco encefálico en respuesta a COVID-19 ayudará a explicar y tratar los efectos a largo plazo de manera más efectiva”.
Los estudios post-mortem de personas que murieron de COVID-19 grave al principio de la pandemia mostraron cambios en su tronco encefálico, señalaron los investigadores en las notas de respaldo.

“Las personas que estuvieron muy enfermas al principio de la pandemia mostraron cambios cerebrales duraderos, probablemente causados por una respuesta inmunitaria al virus. Pero medir esa respuesta inmunitaria es difícil en las personas vivas”, dijo Rowe. “Los escáneres de resonancia magnética normales de tipo hospitalario no pueden ver el interior del cerebro con el tipo de detalle químico y físico que necesitamos”.

Entonces, el equipo de investigación recurrió a máquinas de resonancia magnética más potentes llamadas escáneres de 7 teslas, que encontraron que la infección por COVID causaba daño inflamatorio en múltiples regiones del tronco encefálico.

Esas anomalías aparecieron varias semanas después de la admisión hospitalaria, generalmente en regiones del cerebro asociadas con el control de la respiración, apuntaron los investigadores.

“El hecho de que veamos anomalías en las partes del cerebro asociadas con la respiración sugiere fuertemente que los síntomas duraderos son un efecto de la inflamación en el tronco encefálico tras la infección con COVID-19”, señaló la investigadora colíder, la Dra.

Catarina Rua, investigadora postdoctoral de la Universidad de Cambridge. “Estos efectos van más allá de los efectos de la edad y el sexo, y son más pronunciados en aquellos que han tenido COVID-19 grave”.

Los escáneres cerebrales también mostraron daños en áreas relacionadas con la fatiga y la ansiedad, apuntaron los investigadores.

“La salud mental está íntimamente relacionada con la salud del cerebro, y los pacientes con la respuesta inmunitaria más marcada también mostraron unos niveles más altos de depresión y ansiedad”, señaló Rowe en un comunicado de prensa de la Cambridge.

“Los cambios en el tronco encefálico causados por la infección por COVID-19 también podrían conducir a malos resultados de salud mental, debido a la estrecha conexión entre la salud física y mental”.

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