REDACCIÓN SALUD.- Este 13 de junio es el Día Mundial del Cáncer de Piel, uno de los tipos de tumores más frecuentes que afectan a los seres humanos, con más de 1,5 millones de casos nuevos estimados en 2020, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su principal factor de riesgo es la sobrexposición al sol. Es por eso que, aunque la temperatura baje durante las estaciones del otoño y del invierno, y los días estén más nublados, el uso frecuente del protector solar debe ser tenido en cuenta.
Los dañinos rayos ultravioletas, más conocidos como UV, están presentes todo el año. Incluso pueden filtrarse a través de las nubes para llegar a la piel. “Si está al aire libre, cualquier zona descubierta de su cuerpo está expuesta a los rayos UV”, afirmó la doctora Susan Chon, profesora asociada del Departamento de Dermatología del MD Anderson de los Estados Unidos.
El de piel es uno de los cánceres más fáciles de prevenir, incluida la forma más grave, el melanoma maligno. Otros tipos más comunes de cáncer de piel, como los carcinomas de células basales y de células escamosas, son tratables si se detectan a tiempo.
“Por lo tanto, es importante usar protección solar durante todo el año para reducir las probabilidades de padecer cáncer de piel”, remarcó la doctora Chon.Entre los tipos más comunes de cáncer de piel se encuentran, en orden de frecuencia, el carcinoma basocelular (80% de los casos), que suele aparecer en las áreas más expuestas al sol, crece lentamente y rara vez se propaga a otras partes del cuerpo.
Después, le sigue en frecuencia el carcinoma espinocelular (12%), que se propaga más rápidamente; y el melanoma (5%), que se origina en los melanocitos, que son las células que producen el pigmento de la piel; y es el tipo de tumor de piel más peligroso. Hay también otros cánceres menos comunes, como por ejemplo el carcinoma de células de Merkel, que es muy agresivo, resaltó Manzur.
Aquí van tres claves para prevenir el desarrollo del cáncer de piel:
1- Tener en cuenta la regla del ABCDE contra el Cáncer de Piel
Los signos y síntomas que pueden orientar a detectar el cáncer de piel pueden diferenciarse según la variante. Para eso, es importante aprender la regla del ABCDE. La “A” significa “asimetría”. Un signo es que un lunar sea asimétrico. Es decir, la forma de una mitad no es igual a la de la otra mitad.
La letra “B” es de “bordes irregulares”. Si un lunar es benigno generalmente tiene borde suave y regular. Si tiene borde irregular, dentado o borroso, puede indicar un mayor riesgo de melanoma. La “C” se refiere a color variado: si presenta diferentes tonalidades (áreas más claras o más oscuras) o tiene varios colores.
La “D” es el diámetro. El tamaño de un lunar benigno suele ser pequeño, generalmente de menos de 6 milímetros de diámetro. Sin embargo, no todos los melanomas son grandes, por lo que también se deben tener en cuenta lunares más pequeños si tienen otras características preocupantes.
La “E” se relaciona con evolución. Si un lunar existente cambia (se agranda, se modifica su forma o color, sangra, pica o desarrolla costras) o si aparece repentinamente un nuevo lunar, se debería considerar para hacer la consulta al médico o médica.
También es motivo de consulta la aparición de una nueva mancha o lesión que no estaba presente anteriormente; o que estaba pero no cicatriza y continúa creciendo; o la presencia de lesiones que se ven elevadas, con bordes irregulares o ulceradas. Asimismo, se debe asistir al médico en caso de tener tumoraciones brillantes del color de la piel, un nódulo rojo y firme, verrugosidad que crece, úlcera que no cura o crece en una cicatriz previa, lesiones con una costra escamosa, o ubicadas en el labio, la región anal o genital.