El sueño es una parte fundamental de la salud humana y la tecnología ha buscado diferentes herramientas para ayudar a las personas a tener un mejor descanso. Uno de esos accesorios es los smartwatchs, que permiten medir la calidad de la noche que tenemos y que con esos datos podamos ir mejorando la calidad del sueño.
En el Día mundial del sueño, que se celebra desde 2008, hacemos un repaso por esta tecnología, para entender cómo funciona y cómo podemos sacarle provecho si ya tenemos un reloj inteligente en nuestras manos.
Cómo funciona el monitoreo del sueño
Los relojes inteligentes utilizan una combinación de sensores para medir diferentes aspectos de nuestro sueño. Sistemas como el acelerómetro y el giroscopio registran nuestros movimientos durante la noche, mientras que el sensor óptico de frecuencia cardíaca mide nuestro ritmo cardíaco.
Estos datos son procesados por algoritmos internos para determinar las diferentes fases del sueño, como el ligero, el profundo y el REM.
La capacidad de estos dispositivos para reconocer patrones de sueño se debe a la precisión de estos sensores. Por ejemplo, cuando el ritmo cardíaco es bajo y apenas hay movimiento, el reloj inteligente registra que estamos en una fase de sueño profundo.
Por otro lado, si hay un mayor movimiento y el ritmo cardíaco es más alto, se considera como sueño ligero. Algunos dispositivos incluso pueden estimar la fase de sueño REM utilizando datos adicionales, como la frecuencia de respiración.
Tener estos datos es importante para nuestra salud y bienestar general. Durante el sueño, nuestro cuerpo se recupera y procesa la información del día. La falta de sueño puede provocar fatiga, estrés y problemas de salud a largo plazo. Por lo tanto, comprender la calidad de nuestro sueño puede ayudarnos a tomar medidas para mejorar la salud y la calidad de vida.
