Euronews.- Lentamente, pero sobre seguro están llegando a un acuerdo. Ese es el mensaje del primer ministro irlandés sobre el Protocolo de Irlanda del Norte.

En su intervención en Galway, Leo Varadkar dijo que las intensas conversaciones entre Dublín, Belfast, Londres y Bruselas iban bien; pero que aún era necesario que todas las partes llegaran a un acuerdo:

“Creo que las conversaciones sobre la reforma del protocolo avanzan hacia una conclusión. Es cierto que el acuerdo aún no está cerrado, pero creo que nos acercamos a una conclusión. Y quiero dar las gracias a los Gobiernos del Reino Unido, a la Comisión Europea y a los partidos de Irlanda del Norte por el nivel de compromiso que han mantenido en los últimos meses para llegar a este punto. Me gustaría animar a todos a hacer un esfuerzo adicional para llegar a un acuerdo, porque los beneficios son enormes”.

Las conversaciones mantenidas a mediados de febrero entre los partidos norirlandeses y el primer ministro británico, Rishi Sunak, parece que han terminado de forma positiva. Tanto los partidos nacionalistas como los unionistas salieron de las reuniones aparentemente satisfechos.

Si todo va bien, esta semana podría alcanzarse un acuerdo sobre el régimen comercial de Irlanda del Norte después del Brexit.

Sunak quiere sacar adelante el acuerdo este mismo domingo

En el Reino Unido, los diputados del gobernante Partido Conservador han recibido la orden de estar presentes en la sesión del lunes de la Cámara de los Comunes (Baja), presuntamente para avalar el pacto que Londres y Bruselas ultiman para zanjar su relación pos Brexit.

Según el diario “The Times”, el primer ministro británico, Rishi Sunak, pretende sacar adelante el acuerdo este mismo domingo, pese a enfrentarse a priori al rechazo del ala eurófoba de su partido encabezada por el ex jefe de Gobierno Boris Johnson.

El protocolo, ideado para evitar una frontera física entre las dos Irlandas, mantiene a Irlanda del Norte dentro del mercado interior comunitario y británico, por lo que los controles al comercio entre el Reino Unido y la UE se llevan a cabo en los puntos de entrada norirlandeses, lo que conlleva una nueva burocracia que afecta al comercio.

Esta frontera comercial situada en el mar de Irlanda es asimismo una barrera política para la comunidad unionista, que mantiene que pone en peligro la relación de la provincia con el resto del Reino Unido.