martes, mayo 14, 2024

El papa visita una cárcel de mujeres en Venecia y hace un llamado al sistema penitenciario

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Durante su visita a las reclusas de la cárcel femenina de Venecia, un antiguo convento que acoge a mujeres condenadas a largas penas y lugar donde está el pabellón de la Santa Sede de la Bienal de Arte, el papa Francisco hizo un llamado al sistema penitenciario para “crear las condiciones para una reintegración saludable”.

En el patio central de la cárcel femenina de la isla veneciana de la Giudecca, donde la Santa Sede este año ha creado su pabellón para la 60ª Bienal de Venecia, habló de lo dura que es la realidad en una prisión por los problemas de hacinamiento, la falta de infraestructuras y de recursos, y los casos de violencia.

Sin embargo, agregó:

También puede convertirse en un lugar de renacimiento moral y material, donde la dignidad de mujeres y hombres no es aislada, sino impulsada a través del respeto recíproco o el cuidado de talentos y capacidades (…), Es fundamental que también el sistema penitenciario ofrezca a detenidos y detenidas instrumentos y espacios de crecimiento humano, espiritual, cultural y profesional, creando las bases para sus reinserción

En este, el primer viaje del pontífice argentino fuera de Roma en siete meses debido a su estado de salud, pocas semanas después de un ataque de fatiga que causó preocupación durante las vacaciones de Semana Santa, el papa escuchó los testimonios de algunas presas y las bendijo.

Luego acudió a la capilla del penal, la iglesia de la Magdalena, donde le esperaban algunos artistas. Allí ensalzó el papel del arte en la lucha contra el racismo o las desigualdades, pero también avisó del riesgo de su “vampirización” por parte del mercado.

“Sería importante si las varias prácticas artísticas pudieran constituirse en todos los lados como una especie de red de ‘ciudades refugios’, colaborando a liberar el mundo de antinomias insensatas y tratando de acabar con el racismo, la xenofobia, la desigualdad, el desequilibrio ecológico y la aporofobia, un terrible neologismo que significa ‘fobia a los pobres'”, dijo.

Asimismo Francisco pidió “con todo el corazón” que el arte contemporáneo “pueda abrir nuestra mirada” y “valorar adecuadamente la contribución de las mujeres como protagonistas de la aventura humana”, citando como ejemplos a Frida Khalo, Corita Kent o Louise Bourgeois.

Alejado de los focos y de las multitudes, el pabellón de la Santa Sede es uno de los más destacados del prestigioso evento artístico y ofrece a los visitantes una experiencia inmersiva y desconcertante, donde las obras se codean con alambres de púas.

El espacio expositivo, en el que han colaborado las reclusas, se titula ‘Con sus ojos’ y, a través de obras de artistas como Maurizio Cattelan, Claure Fontaine o Bintou Dembélé, hace una reflexión sobre el dolor y el estigma de esas mujeres dentro y fuera del penal.

Chiara Parisi, curadora de la exposición, destacó el “asombro” y la “esperanza” de las internas ante esta visita. “El Papa actúa más allá de las palabras”, declaró a la AFP.

Después de Pablo VI (1972), Juan Pablo II (1985) y Benedicto XVI (2011), Francisco es el cuarto Papa que visita Venecia.

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