Por Luis Humberto Vargas Economista y Sociólogo Profesor e Investigador
Conforme a datos publicados por la Dirección General de Aduanas (DGA), el mercado binacional de bienes de República Dominicana con República Popular China registró el enorme saldo deficitario de US$13,419 millones, desde 2019 hasta 2022, a raíz del diferencial entre el bajísimo importe exportado (US$975 millones) y el elevadísimo montante importado (US$14,395 millones); vale decir, la colosal brecha de casi 15 dólares de compra de mercancías a China por cada dólar de venta a esta potencia mundial.
Este déficit es igual a la suma de los respectivos desbalances declarados en los siguientes regímenes mercantiles: nacional (US$11,629 millones o 86,66%), zonas francas industriales (US$1,771 millones o 13,20%) y depósitos de reexportación y admisión temporal (US$20 millones o 0,14%).
En comparación con el déficit total contraído por la economía dominicana con las restantes naciones del mundo (US$49,288 millones), los saldos en rojo domínico-chinos apuntados representaron sucesivamente el 27,23% del global y 19,75% del nacional.
Entre las cinco partidas deficitarias más importantes de la economía dominicana con la china, según el criterio descendente de mayor a menor valor absoluto y relativo, contamos en ese lapso con máquinas y aparatos eléctricos y digitales por US$3,215 millones o 23,96%; reactores nucleares y calderas por US$2,535 millones o 18,89%; plástico y sus manufacturas por US$831 millones o 6,20%; autos y motocicletas por US$814 millones o 6,06%; y, por último, manufacturas de hierro y acero fundidos por US579 millones o 4,31%; es decir, US$7,974 millones o, lo que es lo mismo, 59,42% del déficit bilateral domínico-chino (US$13,419 millones) o 16,18% del déficit general de la nación dominicana con el resto de los países del mundo (US$49,288 millones).
Entre 2019 y 2023, la principal partida de exportación de la economía dominicana a China fue fundición de hierro y acero por US$680 millones o 69,78% del total exportado domínico-chino, pero como se importó una cifra mayor por US$718, el balance resultante alcanzó el monto negativo de US$38 millones o 0,28% del saldo mercantil deficitario domínico-chino.
Las reiteradas promesas de las autoridades chinas a las dominicanas de que comprarían mercaderías, tales como tabaco, aguacates y pieles, nunca se han cumplido; mientras la nación dominicana no cesa de importar crecientemente valores y volúmenes de mercancías a la economía china, en gran medida de escaso valor de uso.
La explicación de esta relación comercial bilateral domínico-china, nefasta a los intereses nacionales y económicos la República Dominicana, radica en gran medida en las bajas tasas de productividad y competitividad del sistema de producción, acumulación, apropiación y circulación de bienes, servicios y capitales y la ejecución de políticas monetarias, ficales, comerciales y laborales lesivas a las condiciones de vida y labor de la inmensa mayoría de trabajadores y familias en el país, incluyendo los inmigrantes extranjeros, en provecho siempre de una minoría oligárquica compuesta por macro compañías nativas y corporaciones foráneas.
La inundación del mercado interior dominicano con mercaderías tanto chinas en específico como foráneas en general promueve frecuentemente por la consumación de bienes con pésima calidad a alto precio en beneficio fundamentalmente de determinadas capas importadoras y bancarias de la élite oligárquica, a costa de sustituir plantas industriales, agrarias y agrario-industriales, desplazar fuerza de trabajo urbana y rural y apropiar franjas mercantiles clave nacionales, cuyos derivados déficit exteriores se fondean mayoritariamente con endeudamiento exterior público..
Por estas razones, entre otras, hay que plantear la detención de la expansión abusiva del imperio chino en territorio y mercado de República Dominicana por medio de una reforma del mercado exterior que garantice una serie de exigencias, tales como el cumplimiento de la normativa de internacional de la OMC y la legislación nativa contra monopolios y monopsonios, así como la abolición de evasiones tributarias y concesiones de privilegios administrativos, contrarios a la Constitución de República Dominicana .
ANEXO: TABLAS