Los experimentos con ovejas insinúan que las dosis de cafeína administradas a las mujeres durante el embarazo, además de a sus recién nacidos tras el nacimiento, podrían prevenir la parálisis cerebral. La parálisis cerebral es una afección incapacitante que a menudo es causada por la asfixia (reducciones en el suministro de oxígeno) alrededor del momento del nacimiento. La asfixia también puede causar otros trastornos del neurodesarrollo.
El investigador, el Dr. Emin Maltepe, neonatólogo del Hospital Pediátrico Benioff de la Universidad de California, en San Francisco, explicó cómo la cafeína podría prevenir el daño por asfixia.” La cafeína ha demostrado previamente ser segura para estimular los centros respiratorios de los bebés prematuros y ayudarles a recordar respirar”, dijo Maltepe, autor principal del nuevo estudio.
La cafeína “cruza fácilmente la barrera hematoencefálica y es una potente molécula antioxidante y antiinflamatoria”, añadió la primera autora del estudio, la Dra. Jana Mike, intensivista pediátrica del mismo hospital. Maltepe y Mike publicaron sus hallazgos en la edición del 21 de octubre de la revista Stroke. En el nuevo estudio, 30 ovejas preñadas recibieron una dosis intravenosa única de un gramo de cafeína, que equivale a unas 10 tazas de café, o una inyección intravenosa de placebo.
Luego, después de que sus corderos nacieron y se indujo la asfixia, algunos corderos recibieron una gran dosis de cafeína seguida de dosis menores cada día durante dos días. Los otros corderos recibieron el placebo. Las medidas de inflamación sistémica, llamadas citocinas, fueron significativamente menores entre los corderos expuestos a la cafeína, en comparación con los que no lo estaban, reportó el equipo de San Francisco. Los corderos tratados también tenían menos signos de lesión en la materia gris y blanca de sus cerebros.
Los corderos tratados también parecieron más activos (comiendo y moviéndose más) en comparación con los animales no tratados. La dosis de cafeína no pareció tener ningún efecto deletéreo en las madres de cordero, añadieron los investigadores.
” Nos entusiasma el potencial que esto aporta para prevenir la discapacidad a largo plazo en los bebés con asfixia al nacer, sobre todo en los países con menos recursos, donde el tratamiento actual es menos efectivo y la necesidad de tratamiento prenatal es mayor”, comentó Maltepe en un comunicado de prensa de la UCSF.
Los investigadores señalan que el 95% de los casos de parálisis cerebral en todo el mundo surgen actualmente en las naciones más pobres. En este momento, la única terapia que se da a los recién nacidos que se sabe que han pasado por un período de bajo oxígeno es enfriar temporalmente sus cuerpos durante 72 horas y luego recalentarlos lentamente. Pero incluso en los países más ricos con hospitales de alta calidad, el tratamiento es solo “modestamente efectivo” para aliviar los peores efectos de la parálisis cerebral, apuntaron los investigadores.
Según un comunicado de prensa de la universidad, “esto podría deberse a que la hipoxia cerebral ocurre más temprano en la gestación, posiblemente debido a la incapacidad de la placenta para proporcionar suficiente alimento al feto en desarrollo”.
La investigación fue financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates. Investigadores como Maltepe y Mike se encargaron de buscar medicamentos que pudieran prevenir o disminuir el daño de la asfixia.