martes, diciembre 10, 2024

Jefe del OIEA inspecciona planta nuclear de Kursk

El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, alertó de que es “muy grave” que la central nuclear rusa de Kursk esté “tan cerca” de un frente de guerra, en alusión a los combates entre rusos y ucranianos en esa región homónima.

El funcionario argentino llamó la atención de la comunidad internacional tras inspeccionar el reactor y la sala de control de la planta, situada a unos 70 kilómetros de la frontera con Ucrania.

“Bajo ninguna circunstancia debe ser atacada una central nuclear”, subrayó Grossi a la prensa internacional, al término de su visita de inspección a la planta.

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Desde el inicio de la ofensiva militar rusa en Ucrania en febrero de 2022, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha advertido repetidamente sobre los peligros de combatir cerca de centrales nucleares.

En los primeros días del conflicto, las fuerzas rusas tomaron la planta nuclear de Zaporiyia en el sur de Ucrania y ocuparon también brevemente la planta desmantelada de Chernóbil en el norte.

Ucrania lanzó su incursión sorpresa en Kursk el 6 de agosto y afirma estar avanzando. Las fuerzas rusas, por su parte, siguen adentrándose en el este de la exrepública soviética.

La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ucrania de intentar atacar la planta nuclear de Kursk, situada a menos de 50 kilómetros de los combates entre las fuerzas rusas y ucranianas.

La central cuenta con cuatro reactores, aunque solo dos están operativos y otros dos están en construcción.

El fantasma de Chernóbil

Grossi llamó ahora a todas las partes a tomar las necesarias medidas de prevención. Consideró una exageración comparar las centrales de Kursk con la de Chernóbil, escenario en 1986 de la mayor catástrofe nuclear de la historia, pero sí admitió que sus reactores son de la misma clase.

Al respecto, destacó que la central no cuenta con “las estructuras de defensa y contención de otras plantas más modernas” y que “el núcleo del reactor está protegido por un tejado normal”, lo que le convierte en “frágil” y “extremadamente expuesto” a un posible ataque.

“Efectivamente, en caso de impacto, de acción externa sobre la zona activa de ese reactor, ocurrirá un incidente nuclear, posiblemente, con fuga radiactiva”, señaló.

Grossi se negó a señalar culpables de la actual situación, pero subrayó que los combates están “a unos pocos kilómetros” y que las consecuencias de un ataque contra la planta sería “extremadamente graves”.

En 1986, un reactor de Chernóbil explotó durante una prueba de seguridad fallida, lo que resultó en el peor accidente nuclear del mundo.

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