Redacción. – Unos Philadelphia 76ers fuera de la zona de play-in en la Conferencia del Este de la NBA deshojan la margarita sobre qué hacer con Joel Embiid, su máxima figura, quien ha admitido que lo limitan problemas en la rodilla, por lo que podría operarse para adelantar los tiempos y estar listo para la próxima temporada.
Sin embargo, para la franquicia sería volver a esperar por un mejor futuro que nunca llega con su estrella, quien a nivel individual ha tenido gran éxito, pero que de forma colectiva no ha marcado la diferencia para una institución que actualmente no pertenece a la élite.
Es la situación por la que vuelven a atravesar los Sixers, que nunca han tenido al poste por un calendario completo y que, a pesar de mezclarlo con distintos tipos de jugadores de gran nivel, no han dado con la fórmula que consiga algún viaje a las Finales, sino visitas constantes a la enfermería.
En términos estadísticos, Embiid se pierde uno de cada tres juegos de su escuadra desde que debutó en 2016-17 (242 de 694) y en partidos de postemporada tiene marca global de 34 victorias y 33 derrotas, pero está 0-5 en series de semifinales de Conferencia, mientras Nikola Jokic ya le dio un título a Denver y Giannis Antetokounmpo otro a Milwaukee.
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A los 30 años, el nacido en Camerún firmó una extensión de contrato en septiembre por tres años y $193 millones de dólares, con una opción del jugador para el 2028-29, por lo que su historia está ligada a Pennsylvania, que deberá esperar por la oportunidad de al fin alcanzar el éxito, antes de comenzar una reconstrucción.
Se trata de una de las organizaciones con más tradición en la Liga, con tres campeonatos, aunque el último fue en 1983, que ha retirado los números de leyendas como Wilt Chamberlain, Julius Erving, Moses Malone, Charles Barkley o Allen Iverson, aunque fue precisamente The Answer el último en llevarla a las Finales de forma más reciente, en 2001.
El equipo pareció tocar fondo en 2013-14, cuando tuvo récord de 19-63, pero eso le sirvió para entrar en la lotería del Draft y tomar con el tercer turno global a Embiid, de la Universidad de Kansas, luego que su compañero de escuela, Andrew Wiggins fue el primero en escuchar su nombre.
Sin embargo, Joel sufrió una fractura en el pie derecho que le impidió aparecer en la 2014-15 y luego en 2015-16, en las que los Sixers apenas ganaron un total de 28 juegos, lo que les valió para tener la primera selección del Draft 2016, con la que eligieron al australiano Ben Simmons, que también debió esperar para presentarse en la Asociación.
Un proceso que no termina
No obstante, en la temporada 2016-17 llegó el esperado debut de Embiid y con él comenzó lo que en Philadelphia se conoce como ‘El Proceso’, una reconstrucción basada en todo el talento joven que había reclutado en las últimas campañas, con los dos nacidos fuera de Estados Unidos como referentes para el futuro y que el centro asumió a tal grado que conserva ese apodo en su cuenta de Instagram.
En aquel primer calendario, Joel apenas disputó 31 de los 82 juegos y su equipo tuvo marca de 13-18 en esos encuentros (28-54 en total), pero fue tercero en la votación al Novato del Año, sólo por detrás de Malcolm Brogdon y de su entonces compañero Dario Saric, con promedios de 20.2 puntos, 7.8 rebotes y 2.5 bloqueos.
En la 2017-18, Philadelphia tuvo una probada de lo que podrían hacer juntas sus jóvenes estrellas, Simmons fue Novato del Año, mientras Embiid, que disputó 63 de 82 choques fue elegido al All-Star y el equipo volvió a playoffs por primera vez desde 2012, superó al Heat en la primera ronda, pero cayó ante Celtics en la segunda.
‘El Proceso’ parecía avanzar, aunque para la 2018-19 volvieron a quedarse en la misma instancia, a pesar de sumar a Jimmy Butler, con Joel en 64 de 82 enfrentamientos y de nuevo seleccionado al clásico de media temporada; en la 19-20 el conjunto pareció dar un paso hacia atrás, al coincidir con que Embiid se perdió 22 citas y no superó la primera fase decisiva.
La del 2020-21 podría pasar a la historia como la última del proyecto que intentaba construir Philadelphia, porque ya con Doc Rivers como coach conquistó la División del Atlántico tras dos décadas y Embiid, que jugó 51 partidos de los 72 fue segundo en la votación del Más Valioso por detrás de Jokic.
Sin embargo, en los playoffs tras superar a Washington Wizards, cayeron en un duelo decisivo ante Atlanta y tanto Joel como Rivers señalaron a Simmons, lo que desencadenó en que el australiano pidiera salir de la escuadra, lo que provocó un comienzo complicado en la 2021-22, hasta que Ben se marchó a Brooklyn Nets.
El cambio le trajo un nuevo complemento a Embiid, James Harden, pero la situación pareció no afectarle porque promedió 30.6 puntos, 11.7 rebotes y 1.5 bloqueos en los 68 juegos que disputó (la mayor cantidad hasta el momento en su carrera), de nuevo fue segundo en la pelea por el MVP, aunque Philadelphia volvió a quedarse en las semifinales de Conferencia, al caer ante Miami (y Butler).
Al año siguiente, Embiid encontró su camino a la cima de la Liga, al ser nombrado el Jugador Más Valioso, en una campaña en la que actuó en 66 de 82 oportunidades, para un récord colectivo de 54-28 (43-23 con él) y en la que registró 33.1 unidades cada noche, 10.2 rebotes y 1.7 bloqueos, para al fin vencer a Jokic en la votación.
En la postemporada barrieron a Nets, con grandes actuaciones de Harden, pero también de Tyrese Maxey y de Tobias Harris, pero en las semifinales de Conferencia se encontraron con Boston Celtics, que les pusieron el alto, para confirmar que ese es el techo para este grupo de jugadores de los Sixers.
La caída provocó una revolución dentro de la oficina, Rivers fue despedido y reemplazado por Nick Nurse, que llevó a Toronto al título de la NBA en 2019, mientras que Harden fue cambiado a los Clippers por Nicolas Batum y Robert Covington, entre otros, para experimentar de lleno con la dupla Maxey-Embiid.
Pero Embiid sufrió una nueva lesión de rodilla y sólo disputó 39 juegos en 2023-24, para un Philadelphia que fue eliminado en la primera ronda por los Knicks, para añadir otra decepción a un Proceso que no se completó ni con Simmons ni con Harden ni sin ellos, ante las constantes ausencias de su referente.
En otro intento por encontrar la combinación correcta, los Sixers firmaron en el verano anterior a Paul George, para formar un tridente con Embiid y Maxey, además de contar con el veterano movedor Kyle Lowry, pero nada ha salido acorde al plan de la dirigencia, sobre todo por los inconvenientes de su MVP. Joel sólo ha jugado en 19 de 57 partidos por molestias en la rodilla izquierda y promedia casi 11 puntos menos respecto al año anterior (23.8), tres rebotes menos (8.2) y tres minutos menos (30.2), para un Philadelphia con marca de 20-37, 12º en el Este, fuera de la zona de play-in.
“No soy tan dominante como lo era hace unos meses, pero eso no significa que no pueda tener un impacto, sólo estando en la duela, creo que ayudo mucho, mi presencia, mi habilidad para atraer dobles marcas, abre los tiros para mis compañeros, pero es difícil porque sé que puedo hacer más”, reconoció el medallista de oro en París 2024 con Estados Unidos.
Es el ejemplo de lo que ha sido su trayectoria en la NBA, con un talento incomparable, pero una tendencia a faltar que provoca que no pueda aportar de forma constante y, sobre todo, no sea factor en las instancias decisivas, lo que lo deja con algunos títulos individuales, pero ninguno colectivo.
Philadelphia podría optar por terminar pronto con la temporada de Joel para que atienda sus problemas físicos y vuelva a su mejor versión la próxima campaña, aunque sabe que no contará con él para los 82 juegos y que eso afecta ‘El Proceso’, que nunca parece concretarse.