Redacción. – En medio de la Semana Santa, este Jueves Santo resuena con un mensaje profundo de amor, humildad y servicio, recordando uno de los momentos más significativos en la vida de Jesús: la Última Cena.
Esta jornada no solo conmemora el momento en que instituyó la Eucaristía, sino también el gesto humilde de lavar los pies a sus discípulos, símbolo de entrega desinteresada.
Cada año, millones de cristianos alrededor del mundo se reúnen para revivir este día, marcado por la fraternidad y la reflexión. En muchas iglesias se lleva a cabo el rito del lavado de pies, donde los sacerdotes imitan el acto de Jesús, recordando que el verdadero liderazgo nace del servicio.
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Además de su importancia litúrgica, este día es también una oportunidad para que las comunidades renueven su compromiso con los más necesitados. Cáritas, junto a otras organizaciones, ha lanzado campañas especiales para acompañar a los más vulnerables durante estos días santos.
En un mundo cada vez más marcado por la indiferencia, el mensaje del Jueves Santo sigue vigente: amar sin medida, servir sin esperar, vivir con humildad.
