REDACCIÓN.- Los migrantes que se arriesgan para llegar a EEUU escuchan historias de éxito de compatriotas en territorio norteamericano. Pero muchos no son conscientes que en EEUU no se enfrentarán a “trabajos a la carta” o tan bien pagados que garanticen una vida de placeres.
Pisar suelo estadounidense, conseguir un trabajo y enviar dinero a sus familias en los países que dejaron atrás es el deseo de la mayoría de los migrantes que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos.
“Lo primero que voy a hacer, lo primero que quiero, es conseguir un trabajo para poder ayudar a mis hijos. Tengo dos hijos en Cuba y a mi papá”, dijo Olimie, un emigrante cubano que pidió no ser identificado y que duerme en un campamento improvisado en Matamoros, México, mientras espera conseguir una cita con oficiales de migración en EEUU. “Que esperen que yo estoy aquí y lo voy a hacer por ellos, a eso vine y lo voy a lograr”, agregó.
El sueño americano
Sin embargo, conseguir el sueño americano no es tan sencillo como creen muchos migrantes. La travesía es peligrosa y costosa, y en EEUU muchos se encuentran con dificultades para conseguir un empleo que les alcance para mantenerse.
A Oilime su viaje hasta Matamoros le costó más de 10.000 dólares. El hombre viajó desde Cuba hasta Brasil, donde comenzó su recorrido hacia el norte cruzando la selva del Darién, donde presenció la muerte de seis personas ahogadas en un río, según contó.
“Eso es terrible, es poner tu vida en riesgo porque vienes con coyotes que tu ni conoces (…) ellos te llevan, pero tu no sabes para dónde vas. Estás pagando el dinero pero no sabes si vas a llegar a tu destino”, agregó.
Luis Durán, un venezolano que lleva dos meses acampando en Matamoros, contó que en su país dejó a su mamá “con una gallinita, unas cositas para que se mantenga”. Ahora le manda de 30 a 50 dólares cuando puede, “para que la mujer se defienda por allá”.
Durán ha tenido que conseguir trabajos informales en su recorrido hacia México, una realidad que cree se repetirá una vez logre cruzar a EEUU, porque tiene conocidos a quienes les ha costado encontrar trabajo.