Kiev ha amanecido este sábado con el sonido de fuertes explosiones y sirenas de alerta. La OTAN, aliada de Ucrania, prevé que la guerra durará más de lo previsto y está estudiando en Bruselas la seguridad de las infraestructuras energéticas de Ucrania y su defensa de cara al invierno.
El Ejército ucraniano luchará en 2024 en el campo de batalla con un presupuesto 2,5 veces inferior al que dedica Rusia a la guerra, en un momento en el que Kiev necesita financiación exterior para complementar sus gastos y aún no han sido aprobados importantes paquetes de ayuda de EEUU y la Unión Europea.
Ucrania dispondrá de casi 1,7 billones de grivnas (46.635 millones de dólares o 43.560 millones de euros al cambio actual) para gastos en defensa y seguridad el próximo año, el 22,1 % del PIB, según el proyecto presupuestario adoptado por el Parlamento.
En su intervención en el Foro de la Paz de París, el presidente de Ucrania llamó a la cooperación entre quienes valoran la paz.
“Ahora, en nuestro tiempo, el mundo se encuentra en una encrucijada. Las guerras locales pueden provocar un colapso global. El sufrimiento al que se ve abocada una nación concreta arrastra al abismo a las naciones vecinas”, ha dicho Volodímir Zelenski.
El Kremlin, por su parte, ha reiterado que Kiev “no tiene ninguna posibilidad” de apuntarse la victoria en el campo de batalla… y “cuanto antes se dé cuenta, antes podrían surgir las condiciones para un acuerdo”.
En los últimos días se han intensificado los ataques con misiles y drones desde Rusia, en particular en la región de Odesa.
