Tras las violentas protestas escenificadas en Haití, que dio al contraste la renuncia del primer ministro Ariel Henry, legisladores entienden que esta acción no será la salida a la crisis sociopolítica del hermano país.
Aunque el principal motivo de las fuertes manifestaciones en Haití, se debían a la renuncia del primer ministro, algunos congresistas afirman que la única solución a la situación actual que vive ese país sería una intervención militar.
Sin embargo, para Máximo Castro, vocero de los diputados reformistas, intervenir Haití será más difícil sin una autoridad que represente la vecina nación en las comisiones internacionales.
Otros legisladores entienden que para preservar la paz en ese país es oportuno que las vandálicas pandillas bajen la guardia.
Mientras el líder pandillero Barbecue rechaza un despliegue militar señalando que el destino de Haití debe estar en manos de sus ciudadanos, el presidente de la Comunidad del Caribe (CARICOM) señaló que se conformará un consejo presidencial de transición con dos observadores y siete miembros con derecho a voto, incluyendo representantes de varias coaliciones, el sector privado y la sociedad civil y un líder religioso.
El consejo deberá designar un primer ministro interino, que no sea miembro del Consejo.