La Semana Santa en la República Dominicana es una época de profundo significado religioso y espiritual, marcada por la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Sin embargo, en los últimos años, ha sido escenario de excesos que desvían su propósito original. Líderes religiosos han expresado su preocupación y llamado a la población a reflexionar y actuar con responsabilidad durante esta temporada.
El padre Rogelio Cruz, durante una entrevista en el programa Matutino Su Mundo, ha instado a los fieles a aprovechar la Semana Santa como un tiempo de introspección y conexión con lo divino. Hizo un llamado a la reflexión durante esta Semana Santa, destacando que este tiempo debe ser aprovechado para reencontrarse con uno mismo y con Dios, especialmente tras la tragedia ocurrida recientemente en la discoteca Jet Set, que cobró la vida de 231 personas y dejó 189 heridos. Expresó que la Semana Santa es una oportunidad para la introspección, la paz y el crecimiento espiritual, en medio del dolor colectivo que embarga al país, escenario que utilizo este jueves santo para llevar los óleos de la iglesia al Jet Set para ungir al pueblo.
“El Jueves Santo nosotros hemos hecho esta propuesta: sacar los óleos de las iglesias y llevarlos al Jet Set, allá al frente, y vamos a tener una actividad que se llame así mismo Óleo de sanación y liberación por los caídos en el Jet Set. Ya tenemos el permiso del ayuntamiento y tenemos el permiso de los dueños de la plaza, que nos llamaron ayer, que sí, que iban a participar. Entonces, en este caso, una dimensión religiosa, y ahí vamos a ver de la Diócesis Padre Montesinos, la cual yo dirijo en momentos actuales de manera colectiva.”
El padre también hizo un llamado a volver a los valores fundamentales que dieron origen a la nación: “Desde los inicios de esta nación, hay que volver a los valores. Hay tiempo para todo: para reflexionar, para reír y para llorar”, expresó Cruz, quien subrayó la importancia de interiorizar y analizar aquellas cosas que como sociedad no están funcionando. Para él, esta es la clave para iniciar una verdadera transformación humana y social.
“Por lo que está pasando en el país, la descomposición social que estamos viviendo en el país, que lo aprovechemos como una oportunidad única para una semana como de interiorización, de ver lo que está pasando en nosotros mismos. El tema familiar otra vez se ha descompuesto totalmente, y ¿por qué no tomamos este tiempo otra vez para buscar líneas de reconciliación a nivel interno de tu familia, cómo volver a ese núcleo?”*
Posición del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE)
Por su parte, Feliciano Lacen, presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), ha expresado su preocupación por los excesos que suelen ocurrir durante las festividades religiosas, como el consumo desmedido de alcohol y comportamientos irresponsables en las vías públicas. Lacen ha hecho un llamado a la prudencia y al respeto mutuo, instando a la población a vivir la Semana Santa con moderación y respeto, evitando actitudes que puedan empañar su verdadero significado.
Fe, ciudadanía y compromiso colectivo
El presidente de CODUE reafirmó que la fe, junto al esfuerzo ciudadano y el liderazgo responsable, son claves para el futuro del país. Reconoció que, aunque Dios es el centro de la nación, también es necesario que los diferentes sectores trabajen de forma conjunta.
“Lo más importante en esta semana, viviendo los momentos que hemos atravesado como país, es que todos los dominicanos seamos empáticos, que nos pongamos en el lugar de esas familias que han perdido a un ser querido. Si no hay necesidad de salir de la ciudad, permanezca en ella. Y si tiene que salir, hágalo con prudencia, tolerancia y amor.”
“Sepamos que esto que comenzó no termina el domingo; el lunes regresamos a nuestros trabajos y a nuestras familias. Como dice el Salmo 127:1: ‘Si Jehová no edifica la casa, en vano vela la guardia’. En todo lo que hagamos, pongamos a Dios en el centro. Disfrutemos con alegría, pero sin ofender al prójimo ni a Dios”, concluyó.
La Semana Santa debe ser un tiempo de reflexión, oración y crecimiento espiritual. Es esencial que tanto líderes religiosos como la comunidad en general trabajen juntos para preservar el verdadero espíritu de esta temporada, promoviendo valores de paz, respeto y responsabilidad. Solo así podremos garantizar que la Semana Santa continúe siendo una época de bendición y transformación para todos.
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