Con una ráfaga de poder que sentenció el ambiente desde el primer swing y una actuación monticular que desafió la lógica para un novato, los Azulejos de Toronto han recuperado el pulso de esta Serie Mundial.
Tras imponerse 6-1 a los Dodgers en el Juego 5, el equipo se marcha del Dodger Stadium con una inestimable ventaja de 3-2 en la serie, con la mira puesta en el Rogers Centre, donde tendrán la oportunidad de sellar su primer campeonato en décadas tan pronto como el viernes por la noche.
El golpe de autoridad de Toronto fue inmediato. El Dodger Stadium aún se estaba acomodando cuando la ofensiva visitante detonó. Davis Schneider y el astro dominicano Vladimir Guerrero Jr. despacharon back-to-back cuadrangulares en los dos primeros turnos del partido. Este bombardeo instantáneo fue un mazazo psicológico y material que allanó el camino para una victoria crucial.
Pero la verdadera historia de la noche la escribió un brazo que apenas comienza a acumular millas: el joven abridor Trey Yesavage. En apenas su octava apertura en Grandes Ligas y su debut como visitante en postemporada, el derecho de 22 años firmó una joya que pasará a los libros.
Yesavage dominó a placer, permitiendo solo una carrera limpia a lo largo de siete entradas de trabajo. Su línea de pitcheo fue demoledora: 12 ponches sin otorgar una sola base por bolas. Con esta gesta, se convirtió en el primer lanzador en la historia de la Serie Mundial en alcanzar tal número de abanicados con cero pasaportes. Una actuación deslumbrante que cimentó la victoria y confirmó que el notable momento del rookie es real.
El triunfo no solo significa poner el 3-2 en el marcador; también arroja un peso estadístico considerable a favor de Toronto. En series al mejor de siete, el ganador del crucial Juego 5 se ha llevado el título el 67.6% de las veces.
Más aún, bajo el actual formato 2-3-2, los equipos que toman la ventaja de 3-2 ganando el Juego 5 en la carretera —justo lo que hicieron los Azulejos—, terminan alzando el trofeo en el 74.1% de las ocasiones.










