En los últimos años, las semillas de girasol dejaron de ser solo un aperitivo para convertirse en uno de los ingredientes favoritos para quienes buscan cuidar su salud. Ya sea en ensaladas, yogures o comosnack, este alimento de origen vegetal es cada vez más valorado por su sabor y por los numerosos aportes que ofrece al organismo.
Diversos estudios científicos respaldan los beneficios de las semillas de girasol, desde el fortalecimiento del corazón hasta su aporte en el bienestar de la piel y la energía diaria. ¿Por qué los expertos las recomiendan y cómo pueden formar parte de una dieta equilibrada? La evidencia científica ofrece respuestas claras.
Cuáles son los beneficios de las semillas de girasol comprobados por la ciencia
De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición (FEN), las semillas de girasol contienen proteínas de alta calidad, ácidos grasos insaturados, antioxidantes y una amplia variedad de minerales. La Cleveland Clinic señala que la vitamina E, presente en concentración elevada en estas semillas, es fundamental para reducir el daño celular provocado por radicales libres. En un informe de la Universidad Nacional de Luján, se describe que “la semilla de girasol colabora en la disminución de los niveles de colesterol LDL, favoreciendo la prevención de enfermedades cardiovasculares por su aporte de ácidos grasos poliinsaturados”.
El consenso científico destaca siete beneficios principales:
- Protección cardiovascular: La presencia de ácidos grasos omega 6 y vitamina E contribuye a mantener niveles saludables de colesterol y protege la integridad de los vasos sanguíneos, según el informe de la FEN.
- Prevención del envejecimiento celular: Especialistas de la Cleveland Clinic destacan que la vitamina E de las semillas de girasol es uno de los antioxidantes naturales más eficaces para combatir el envejecimiento prematuro.
- Aporte a la masa muscular: Analistas de la Universidad Nacional de Luján remarcan que “el perfil proteico de la semilla de girasol y su riqueza en aminoácidos esenciales la convierten en un alimento ideal para el mantenimiento y crecimiento de la masa muscular”.
- Regulación del azúcar sanguíneo: El magnesio presente en estas semillas mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a estabilizar la glucosa, sostiene la Cleveland Clinic.
- Salud digestiva: La FEN señala que la fibra insoluble y soluble incluida en la semilla de girasol regula el tránsito intestinal y disminuye el riesgo de trastornos digestivos.
- Cuidado de la piel: Estudios resaltados por la Universidad Nacional de Luján coinciden en que la vitamina E y el zinc favorecen los procesos de reparación cutánea y reducen la inflamación relacionada con el acné y las manchas.
- Apoyo a dietas equilibradas: Nutricionistas de la FEN recomiendan las semillas de girasol a personas en etapas de crecimiento, deportistas o quienes buscan alternativas de proteínas y grasas saludables en alimentación vegetariana y vegana.
El valor nutricional de la semilla de girasol
El Departamento de Tecnología del Laboratorio de Nutrición de la Universidad Nacional de Luján cuantificó que una porción de 30 gramos de semillas de girasol sin cáscara aporta 163 calorías, donde predominan las grasas poliinsaturadas, las proteínas y la fibra. De acuerdo con la FEN, las semillas contienen minerales como magnesio, potasio, hierro, calcio, fósforo y zinc en proporciones relevantes. Además, destacan las vitaminas E y B6, el ácido fólico y el triptófano, todos esenciales para diversas funciones metabólicas y neurológicas.
Según datos de la Cleveland Clinic, estas semillas presentan un perfil altamente energético, pero equilibrado por su combinación de nutrientes que favorecen la sensación de saciedad y mantienen un metabolismo activo.