BRASIL. – Miles de indígenas de diferentes etnias de Brasil, marcharon en Brasilia este martes, para exigir la demarcación de sus tierras. Un tema delicado que afecta a 1,7 millones de indígenas brasileños y está en el centro de una batalla entre el presidente izquierdista y el parlamento dominado por los conservadores.
Muchos científicos creen que las reservas indígenas desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el calentamiento global, como baluartes contra la deforestación que ha aumentado considerablemente bajo el mandato del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro (2019-2022).
Diez áreas demarcadas han sido reconocidas oficialmente, pero los manifestantes exigen más resultados del gobierno de Lula.
“Hay una emergencia indígena”, dijo a la AFP Jaqueline Arandurah, representante del pueblo guaraní-kaiowá en el estado sureño de Mato Grosso do Sul. “El gobierno de Lula lleva más de 400 días en el poder y nuestra tierra no ha sido demarcada”, dijo.
La cuestión de la ascendencia
El plan ha sido criticado por el poderoso sector agroindustrial y sus aliados en el Parlamento, que han logrado mantener vigente una polémica política que la Corte Suprema ha declarado inconstitucional.
La tesis del llamado “marco temporal” reconoce como ancestrales únicamente las tierras ocupadas por los indígenas cuando se promulgó la Constitución en 1988.
Sin embargo, los pueblos indígenas alegan que esta política no tiene en cuenta su presencia en estas tierras durante siglos y afirman haber sido desplazados de sus territorios en varias ocasiones, particularmente durante la dictadura militar (1964-1985), por lo que no es posible determinar su presencia en 1988.
“Es ofensivo decir que somos invasores, porque no lo somos”, dijo Walderir Tupari, del pueblo Tupari, en el estado norteño de Rondônia. “No solo estamos aquí desde 1988. Hemos estado aquí durante mucho tiempo”, dijo.