Persisten escollos en las negociaciones en la OMS sobre un acuerdo ante futuras pandemias

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En la novena y última ronda de negociaciones, que comenzó el 18 de marzo y culmina este jueves, los países buscan un acuerdo para combatir mejor la próxima pandemia y evitar los costosos y mortales errores de la crisis del covid-19.

Golpeados por el covid-19 que devastó economías, debilitó sistemas de salud y mató a millones de personas, los países decidieron en diciembre de 2021 alcanzar un acuerdo vinculante para impedir que ese trauma vuelva a ocurrir.

Pero tras dos años de negociaciones persisten muchas diferencias.

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, insistió en que “todos tendrán que ceder algo o nadie conseguirá nada”.

“Crucial para la humanidad”

Los países europeos quieren que se invierta más dinero en la prevención de pandemias, mientras los africanos piden más conocimiento y financiamiento, además de acceso adecuado a las vacunas y tratamientos.

Estados Unidos quiere asegurar que todos los países compartan rápidamente información y muestras de brotes nuevos, mientras los países en desarrollo presionan por garantías de equidad para no quedarse atrás.

La Asamblea Mundial de la Salud, que reunirá del 27 de mayo al 1 de junio a los 194 países miembros de la OMS, debe adoptar el acuerdo sobre preparación, prevención y respuesta ante las pandemias.

En círculos diplomáticos hay una sensación de que los países en desarrollo están cansados con la terquedad occidental y podrían ser necesarias más negociaciones en abril.

“Sabemos que persisten áreas críticas en las que aún no hay consenso”, dijo Tedros en la ronda final de negociaciones.

“Se han puesto de acuerdo en lo que quieren alcanzar (…) ahora tienen que acordar cómo lograr esos objetivos”, agregó.

“Es crucial para la humanidad que lo hagan”, advirtió. “No podemos permitir que se repita el ciclo de pánico y negligencia”, insistió.

“No pueden acobardarse”

Los principales temas en discusión incluyen el acceso a patógenos emergentes, mejor prevención y monitoreo de brotes de enfermedades, financiamiento y transferencia de tecnología a los países pobres.

Las conversaciones son conducidas por un Cuerpo Intergubernamental de Negociación presidido por el neerlandés Roland Driece y la sudafricana Precious Matsoso.

Driece dijo que varios países ahora consideran “difícil” alcanzar un acuerdo y que el borrador “no es lo que nos gustaría”. “Así es como funciona (…), es tiempo de llegar a un acuerdo”, declaró Driece.

Matsoso lo resumió así: “No pueden acobardarse ahora”.

El éxito o fracaso en enfrentar la próxima pandemia podría depender de que la industria farmacéutica genere las vacunas, pruebas y tratamientos necesarios, y de cómo se distribuyen.

Thomas Cueni, director general de la Federación Internacional de Asociaciones y Fabricantes Farmacéuticos, aseveró que no tendría sentido un acuerdo si las empresas son intimidadas.

“Solo funciona si es voluntario y basado en términos mutuamente acordados”, declaró a AFP.

Cueni sostuvo que durante la pandemia del covid-19 hubo transferencias voluntarias sin precedentes de tecnología y, “si esto se hace mal, me temo que pondría grandes barreras y desincentivos para la próxima vez”.

“Mínimo común denominador”

A las oenegés les preocupa el rumbo que ha tomado el texto del acuerdo.

K. M. Gopakumar, investigador de la Red del Tercer Mundo, apuntó que, a cambio de compromisos vinculantes para compartir patógenos, los países en desarrollo quieren propuestas vinculantes “para compartir los beneficios que salen de esos patógenos: vacunas, diagnósticos”.

Aseguró que ha habido una “marginación sistemática de las previsiones de igualdad en el instrumento pandémico”. Frases como “las partes promoverán (…) no significan nada concreto”, afirmó.

Rachael Crockett, de la iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas, advirtió que existe el riesgo de un acuerdo apresurado que “nos deje con el mínimo común denominador”.

Dirigentes de la OMS han intentado recordar a los países por qué querían un tratado al inicio.

El director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, indicó que el acuerdo será una promesa para las generaciones futuras. “Este no es un documento viejo y empolvado que permanecerá en algún estante. Este acuerdo va a salvar vidas”, expresó.

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