Despertar con los ojos rojos es una experiencia común que suele atribuirse a factores cotidianos como alergias, falta de descanso o exceso de pantallas. Sin embargo, según la Cleveland Clinic, este síntoma puede ser también la primera señal de problemas oculares graves.
Aunque en muchos casos el enrojecimiento mejora espontáneamente durante el día, ciertas características y síntomas asociados exigen una consulta médica para evitar complicaciones mayores.
Las causas más comunes de los ojos rojos al despertar
Las alergias se encuentran entre los motivos más frecuentes. Se manifiestan con picazón, hinchazón y, a veces, secreción blanquecina. El Dr. Wes Immler, optometrista de la Cleveland Clinic, advierte que el contacto con ácaros del polvo, caspa de mascotas, polen o moho puede desencadenar una respuesta inflamatoria ocular.

“He atendido a muchas personas que se quejan de ojos rojos y alergias por la mañana, y suelen contarme que sus mascotas duermen en la cama o sobre la almohada”, comenta el especialista. No lavarse el rostro antes de dormir también incrementa el riesgo de reacción alérgica en los ojos.
La falta de sueño es otra causa habitual. Dormir poco disminuye la producción de lágrimas y aumenta el flujo sanguíneo ocular, lo que deriva en sequedad y enrojecimiento. Generalmente, este tipo de enrojecimiento mejora tras un buen descanso y con el uso de lágrimas artificiales, resolviéndose por lo general en pocas horas.
El abuso de dispositivos electrónicos también contribuye: mirar pantallas prolongadamente hace que se parpadee menos, impidiendo la renovación de la película lagrimal y favoreciendo sequedad y enrojecimiento, efectos que pueden persistir hasta la mañana siguiente. “Cuanto más tiempo se pasa frente a un dispositivo, más síntomas aparecen”, explica el Dr. Immler.

El uso de máquinas de presión positiva continua (CPAP) para tratar la apnea del sueño puede provocar enrojecimiento si la máscara no ajusta bien o presenta fugas, haciendo que el aire llegue a los ojos y los reseque durante la noche.
Síntomas de alerta y enfermedades que pueden manifestarse con enrojecimiento ocular
Aunque la mayoría de los casos son benignos, la Cleveland Clinic advierte sobre síntomas que requieren una evaluación profesional inmediata:
- Persistencia del enrojecimiento que no mejora tras varios días o con gotas oftálmicas.
- Dolor ocular intenso y prolongado.
- Secreción, sensibilidad a la luz, visión borrosa o pérdida visual.
- Síntomas generales como fiebre, dolor de cabeza, náuseas o vómitos.
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Algunas afecciones graves pueden comenzar con enrojecimiento al despertar. Por ejemplo, la uveítis es una inflamación de la capa media del ojo que provoca visión borrosa, dolor, sensibilidad a la luz y, eventualmente, daños permanentes si no se trata. Suele asociarse a enfermedades autoinmunes.

El síndrome de párpado laxo, más frecuente en hombres y personas con sobrepeso, empeora por dormir boca abajo y causa que los párpados se vuelvan flácidos e irriten el ojo, generando enrojecimiento e hinchazón cada mañana.
El entropión (cuando el párpado se pliega hacia adentro) aparece con la edad y hace que las pestañas rocen la superficie ocular, produciendo molestias, picazón y lagrimeo junto al enrojecimiento.
Las hemorragias subconjuntivales —rotura de un vaso sanguíneo en la parte blanca del ojo— suelen asustar por su aspecto rojizo, pero no suelen ser dolorosas ni graves y se resuelven por sí solas.
El glaucoma de ángulo cerrado agudo es una emergencia: causa dolor, hinchazón, enrojecimiento, visión borrosa y puede acompañarse de dolor de cabeza, náuseas o vómitos. Requiere atención urgente por el peligro de pérdida visual rápida.

Enfermedades sistémicas como la artritis reumatoide también pueden causar enrojecimiento crónico y molestias oculares, debido a la inflamación generalizada.
Prevención y cuándo consultar al especialista
Para prevenir el enrojecimiento ocular al despertar, la Cleveland Clinic recomienda higiene facial antes de dormir, reducir exposición a alérgenos, asegurar el descanso adecuado y hacer pausas frecuentes al usar pantallas. Si se usa CPAP, es fundamental ajustar correctamente la máscara.

Si el enrojecimiento persiste, se acompaña de dolor, secreción, alteraciones visuales u otros síntomas preocupantes, la consulta con un oftalmólogo es esencial para preservar la salud de la visión. Algunos trastornos pueden derivar en pérdida permanente si no se tratan a tiempo, por lo que el diagnóstico y tratamiento profesional son la mejor garantía para proteger la vista.











