REDACCIÓN.- Cada viaje tiene su historia, y los imanes de recuerdo fueron, por décadas, una forma popular de atesorar esas experiencias. Desde paisajes de Miami hasta la icónica Torre Eiffel, estas pequeñas piezas decorativas adornan las puertas de las heladeras en millones de hogares. Más que simples objetos, los imanes son una galería personal que refleja destinos visitados y momentos compartidos. S
Sin embargo, detrás de esta costumbre aparentemente inofensiva, se esconden varios riesgos que podrían afectar la estética, el funcionamiento y la longevidad de estos electrodomésticos esenciales.
Con el avance de la tecnología, las neveras dejaron de ser meros contenedores de alimentos para convertirse en dispositivos sofisticados. Los modelos más recientes incorporan sensores electrónicos y pantallas táctiles que mejoran su eficiencia y funcionalidad. Sin embargo, los imanes pueden generar pequeños campos magnéticos que interfieren con estos componentes electrónicos.
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Riesgo de daño físico al congelador
Además de los problemas técnicos, los imanes también representan un riesgo para la apariencia y la integridad estructural del electrodoméstico. Según un artículo publicado en la Revista Class, los imanes fuertes o aquellos que se manipulan con frecuencia pueden rayar la superficie de la heladera, especialmente en modelos hechos de acero inoxidable. Estos daños afectan la estética y pueden complicar la limpieza, ya que las rayas tienden a acumular suciedad y grasa.
Desmintiendo mitos: consumo de energía y salud
Durante años, se sostuvo la creencia de que los imanes aumentan el consumo de energía de las heladeras. Sin embargo, según la empresa eléctrica Endesa, esta teoría es infundada. “Los campos magnéticos generados por estos imanes son tan débiles que ni siquiera atraviesan la puerta del electrodoméstico”, aclara la compañía.
Otro mito frecuente relaciona los imanes con riesgos para la salud, incluyendo enfermedades graves como el cáncer. Esta idea fue desmentida rotundamente por el Instituto Italiano de Salud, que asegura que no existe evidencia científica sólida que relacione los campos magnéticos de los imanes con efectos negativos para el cuerpo humano.
Recomendaciones para minimizar riesgos
Si bien los imanes pueden ser una forma entrañable de decorar la heladera, es importante usarlos con precaución. Aquí algunas recomendaciones clave:
- Limitar la cantidad de imanes: evitar cubrir toda la superficie del electrodoméstico para reducir posibles interferencias y sobrecarga de peso.
- Mantenerlos alejados de componentes electrónicos: si la heladera tiene pantalla táctil u otros sistemas avanzados, es mejor evitar colocar imanes cerca de estas áreas.
- Elegir imanes suaves y ligeros: optar por imanes que no dañen la superficie del refrigerador ni representen un peso grande.
- Supervisar el uso en hogares con niños pequeños: los imanes pequeños o pesados pueden representar un riesgo de seguridad si caen o son ingeridos accidentalmente.
Un balance entre tradición y cuidado
Los imanes en la heladera son un símbolo de nostalgia y conexión con lugares lejanos, pero su uso indiscriminado puede tener consecuencias inesperadas. Siguiendo estas recomendaciones y entendiendo los riesgos, es posible preservar la tradición sin comprometer el funcionamiento ni la estética de este indispensable electrodoméstico. La clave está en encontrar un equilibrio entre el arte personal y el cuidado del hogar.