Santo Domingo. – Pese a las consecuencias sobre la economía del país o el nivel de vida de la población dominicana que trajo la pandemia del Covid-19, República Dominicana ha mantenido un alto índice de desarrollo humano en América Latina y el Caribe, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El PNUD hace énfasis en que el crecimiento económico del país no ha beneficiado a todos los dominicanos por igual.
La Plataforma Territorial de Desarrollo Humano, muestra que solo la región Ozama que implica la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, en el año 2022 planteaba un nivel alto de desarrollo humano. Tenía una valoración de 0.647, para una mejoría de 2.94 % respecto al 2021, cuando la región se ubicara en 0.628.
Regiones con niveles “medio altos”
Otras tres macrorregiones cuentan con un nivel de desarrollo humano “medio alto”: la región Higüamo, que reúne las provincias San Pedro de Macorís, Monte Plata y Hato Mayor, obtuvo en el 2022 una puntuación de 0.624, un 4.32 % mayor que en 2021, cuando el índice se situara en 0.597.
A esta le siguen las regiones Cibao Nordeste –Duarte, María Trinidad Sánchez, Hermanas Mirabal y Samaná– con una puntuación de 0.622 en 2022–, y el Cibao Sur –La Vega, Monseñor Nouel y Sánchez Ramírez–, valorada en 0.619 a ese año.
El nivel de desarrollo humano en esas regiones creció 3.38 y 1.94 % respecto al 2021, respectivamente.
Estos datos muestran que, en general, solo 12 de las 32 provincias del país han alcanzado niveles de desarrollo humano destacados a ese año. En estas demarcaciones reside el 50 % del total de la población dominicana, de 10,760,028 personas, de acuerdo con el Censo del 2023.
Regiones con menor desarrollo
República Dominicana cuenta con 20 provincias con un nivel de desarrollo humano “medio bajo” o “bajo”.
Valdesia –que agrupa a Azua, Peravia, San Cristóbal y San José de Ocoa– es, junto con el Cibao Norte –que concentra a Espaillat, Puerto Plata y Santiago–, las dos regiones con un índice de desarrollo humano “medio bajo”.
En el 2022, Valdesia mejoró positivamente su índice de desarrollo humano, tras una mejora de 5.13 %, pasando de una puntuación de 0.573 en 2021 a 0.604 en ese año. El Cibao Norte, que en 2021 se encontraba en 0.576 tuvo un incremento de 3.67 %, situando su puntuación en 0.598 en 2022.
Las macrorregiones colindantes con la línea fronteriza –a excepción del Yuma, ubicada en el sureste del país– son las demarcaciones con el nivel de desarrollo humano más bajo.
Yuma –que comprende a El Seibo, La Altagracia y La Romana– tuvo una mejora de 4.24 %, al pasar de 0.542 en 2021 a 0.566 en el 2022. Pese a este desempeño, fue la región de más bajo desarrollo humano en ese año.
Aunque la zona cuenta con un alto dinamismo económico a través del turismo, lo cierto es que es una zona vulnerable a los eventos climatológicos, con un desempeño educativo por debajo de la media nacional y una desigualdad de género media alta, observa el PNUD.
A esta región le siguió Enriquillo –Bahoruco, Barahona, Independencia y Pedernales–, con un desarrollo humano de 0.567 en 2022. Aunque tuvo una mejora de 3.88 % respecto al 2021, cuando el PNUD le había calificado en 0.545, aún se mantiene entre las regiones con un nivel de desarrollo humano bajo.
Las regiones El Valle –Elías Piña y San Juan– y el Cibao Noroeste –Dabajón, Montecristi, Santiago Rodríguez y Valverde–, también presentaron bajos índices de desarrollo respecto al resto del país, con valores de 0.571 y 0.575. Esto supone mejoras de apenas 1.78 y 0.71 % con relación al 2021, respectivamente.