Las sirenas antiaéreas y las posteriores explosiones resonaron en Kiev en la mañana de este lunes 29 de mayo. El décimo quinto ataque ruso en lo corrido de este mes y cuando los habitantes de la capital aún no salían del impacto de otra embestida en la madrugada.
En medio del pánico, decenas de personas se apresuraron a buscar refugio, mientras el cielo se llenó de columnas de humo y ráfagas de explosiones y las defensas aéreas de la capital se activaron.
“El ataque a Kiev continúa. ¡No abandonen los refugios!”, advirtió el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko.
Fragmentos de misiles interceptados por las defensas aéreas ucranianas cayeron en los distritos centrales y del norte de Kiev, aterrizando en medio del tráfico en una calle de la ciudad. También provocaron un incendio en el techo de un edificio, donde al menos una persona resultó herida, indicó la administración militar de Kiev.
Las explosiones, que se registraron alrededor de las 11:00, hora local, desconcertaron a los habitantes que ya estaban bajo presión. Solo unas seis horas antes, la urbe fue objeto de una avalancha de drones y misiles rusos. El segundo gran ataque nocturno consecutivo y de intensidad similar.
“Después de lo que pasó anoche, ahora reacciono bruscamente a cada sirena. Estaba aterrorizada y todavía estoy temblando”, describió Alina Ksenofontova, una mujer de 50 años que se refugió con su perro en el metro de Kiev, lugar que quedó atiborrado de personas que buscaban resguardo.
El Ejército local derribó 37 de 40 misiles rusos y 29 de 35 drones, según detalló el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny.
“El enemigo usó misiles de trayectoria balística, preliminarmente Iskanders. Existe la posibilidad de que también se hayan utilizado misiles S-300 y S-400”, subrayó a la televisión ucraniana el portavoz de la Fuerza Aérea, Yuri Ihnat.
Moscú asegura que sus objetivos son los lugares de almacenamiento de armas occidentales y los edificios gubernamentales, pero también causan grandes daños a la infraestructura civil y han cobrado la vida de miles de personas en 15 meses de guerra.
Moscú también dirigió su furia contra Odessa y el occidente ucraniano
Los ataques nocturnos rusos alcanzaron una instalación militar en la región de Khmelnytsky, en el occidente del país invadido, donde cinco aviones de combate ucranianos quedaron fuera de servicio por el fuego de Moscú.
“Las tropas rusas atacaron varios sitios, incluido uno militar en la región de Khmelnytsky”, señaló la administración local, una inusual admisión de blancos militares alcanzados.
Asimismo, las embestidas de las tropas invasoras causaron un incendio y dañaron parte de la infraestructura en el puerto de Odessa en el Mar Negro.
“Se produjo un incendio en la infraestructura portuaria de Odesa como consecuencia del ataque. Rápidamente se extinguió. Se está actualizando la información sobre el alcance de los daños”, explicó el comando militar sur ucraniano.
Se trata de una zona clave para la exportación de granos ucranianos, ya que solo a través de los puertos de esa región, el país atacado por los hombres de Vladimir Putin puede transportar hacia el exterior cereales y otros alimentos, como parte de un acuerdo logrado con la mediación de la ONU y Turquía.
Según el Ejército ucraniano, en este asalto los militares del Kremlin utilizaron drones Shahed de fabricación iraní.
Rusia aumenta la frecuencia de las embestidas aéreas mientras Ucrania se prepara para lanzar una contraofensiva.
“Diría que ha habido una activación seria (…) Hay menos misiles volando, pero la regularidad de los ataques ha aumentado”, sostuvo el portavoz de la Fuerza Aérea, Yuriy Ihnat.
Fuente: France 24
