EURONEWS.- El número de muertos en el ataque ruso del domingo contra un centro de entrega de ayuda humanitaria en la ciudad de Oríjiv, en el sur de Ucrania, ha aumentado a siete. Los equipos de rescate han terminado de peinar los escombros, ya que el centro se encontraba en el interior de una escuela.
Oríjiv está cerca de la línea del frente, donde el mes pasado las fuerzas ucranianas se esforzaron por reconquistar posiciones fuertemente fortificadas de las fuerzas rusas. El gobernador regional ha denunciado el ataque como un “crimen de guerra”.
Los voluntarios que antes habían ayudado a evacuar a la gente de las calles inundadas tras la explosión de la presa de Kajovka limpian ahora las casas de los escombros que trajo el agua. En la región de Jersón, a los habitantes apenas les queda nada de sus casas y pertenencias.
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“Sacamos todo. Sólo queda una caja. Lo siento por todas las personas que se inundaron. Todos perdieron sus casas. Todo está destruido, hasta las paredes se desmoronan, los techos, el tejado”, explica Volodymyr, voluntario de la Fundación Benéfica “Faro del Renacimiento”.
El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania ha difundido un vídeo en el que se ve cómo los bomberos son bombardeados por el enemigo mientras extinguen un incendio en la región de Donetsk. Se apresuran a buscar refugio, pero nadie resulta herido.
