Así eran las instalaciones donde supuestamente se alojaban los miembros del grupo paramilitar Wagner en la ciudad ucraniana de Melitopol.
Según las autoridades impuestas por Moscú, al menos dos personas murieron en el bombardeo con cohetes Himars que tuvo lugar el sábado por la noche. Fuentes ucranianas hablan de hasta “200 ocupantes” muertos.
La irrupción de este tipo de artillería en la guerra marcó un punto de inflexión. Según explicó en las redes sociales el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, su homólogo estadounidense le confirmó en una conversación telefónica que está dispuesto a liberar más ayuda militar y a reforzar las capacidades aéreas ucranianas para contrarrestar los ataques a las infraestructuras energéticas del país.
Los bombardeos rusos contra las infraestructuras energéticas han dejado a millones de ucranianos sin electricidad, calefacción ni agua corriente.
Durante el fin de semana, 1,5 millones de personas se quedaron a oscuras en la ciudad portuaria de Odesa. Aunque parte del suministro se restableció el domingo, la situación seguía siendo “muy difícil” el lunes.
