Durante esas horas de lluvia intensa, los grandes tapones de tráfico se convirtieron en una de las imágenes más impactantes de la jornada. Vehículos atrapados, personas que intentaban cruzar a pie las vías inundadas y la falta de respuestas inmediatas de las autoridades generaron un sentimiento de desesperación y angustia entre los ciudadanos.
Sin embargo, lo más trágico ocurrió en el paso desnivel de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, donde una gran cantidad de agua acumulada terminó colapsando la estructura, aplastando vehículos y dejando a varios ocupantes atrapados bajo los escombros.
Las víctimas fatales de este trágico suceso fueron identificadas como Omar Alejandro Méndez Avilés, de 70 años, un hombre que residía en la capital y que se encontraba en su vehículo cuando la tragedia ocurrió.
También perdió la vida Solange María Méndez, de 31 años, originaria del sur del país, quien viajaba junto a su familia en el momento del colapso. Bonet Dobelier, un nacional haitiano de 35 años que vivía en la zona fronteriza, también fue una de las víctimas, así como Ramón Martínez Cesani, de 75 años, quien residía en una comunidad rural y se encontraba en la capital por razones de trabajo.
A ellos se sumaron Awilda Vásquez Burgos, de 68 años, conocida en su comunidad por su compromiso con las causas sociales, y María Nereyda Martínez Vásquez, de 32 años, madre de dos hijos y residente en el sector oeste del país.
El día del colapso también se registraron decenas de heridos y personas atrapadas en los vehículos, quienes fueron rescatadas por equipos de emergencia, aunque el tiempo que tardaron en llegar al lugar y las condiciones extremas de las calles dificultaron la evacuación.
Las labores de rescate fueron arduas, pues los socorristas tuvieron que enfrentar inundaciones severas y una visibilidad nula debido a la lluvia. El colapso de la estructura del paso desnivel expuso las graves deficiencias en la infraestructura vial de la ciudad, así como la falta de mantenimiento adecuado en varios puntos críticos de la red de transporte del Gran Santo Domingo.
Las autoridades locales han señalado que el colapso de la estructura fue resultado de una serie de fallas de diseño, acumuladas por el paso del tiempo y las malas condiciones del drenaje en esa zona.
Un año después, la tragedia sigue siendo un recordatorio de la vulnerabilidad de las infraestructuras en el país y de la importancia de implementar medidas preventivas para evitar que eventos como este se repitan en el futuro.