Fuente escrita sobre curiosidades y realidades insólitas establece sobre el interesante tema de la inseminación que, durante la guerra de Secesión, en Estados Unidos de Norteamérica que, exactamente, el día 12 de mayo de 1863, ocurrió un hecho digno de ser evocado, principalmente, por aquellos especialistas de la salud vinculados a la referida práctica.
Se recuerda que en esa fecha una bala atravesó el cuerpo de un soldado estadounidense produciendo estragos de consideración en su testículo izquierdo.
Asimismo, resalta la publicación consultada que el balín en referencia penetró en la parte izquierda del abdomen de una joven de 17 años de edad que circulaba por los alrededores del hecho.
Transcurrido el tiempo, unos 278 días, la joven, quien proclamaba a viva voz que seguía siendo virgen, dio a luz una hermosa criatura de unos 3.6 kg. y conforme al médico que le asistió en el parto, el doctor L. G. Capers, su himen reflejaba estar intacto.
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Tres meses después de realizado el parto, el nombrado profesional de la salud tuvo que someter a una cirugía al recién nacido, teniendo que retirar un pedazo de metal sorpresivamente encontrado en su cuerpecito.
Fue así cómo, luego de algunos análisis, el doctor Capers llegó a la inaudita conclusión de que la bala que se había llevado el testículo del soldado, impregnada de espermatozoides, había atravesado el ovario de la joven aludida, fertilizándola al penetrarla.
Vale puntualizar, a manera de completar la narrativa de tan singular experiencia que, enterado el soldado de la inesperada y escéptica noticia, aceptó conocer a la joven madre y el inocente chiquillo fruto del accidente.
A partir de entonces, la inusitada pareja inició un ardiente romance que concluyó en una unión matrimonial apasionada y eterna haciendo posible, con el discurrir del tiempo, la procreación de tres infantes.
Ante lo expuesto: inventiva, ilusión o realidad..? No lo sabemos.
Definitivamente, tal como expone la contagiosa salsa del inmenso Rubén Blades, “…la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ayyy Dios..!!”