lunes, octubre 7, 2024

Alertan que un tratamiento para eliminar grasa localizada puede provocar efectos secundarios

REDACCIÓN SALUD.– Hace más de diez años, llegó al mercado un dispositivo médico con una promesa tentadora: podía congelar sacos de grasa rebelde de forma rápida, indolora y sin cirugía. El dispositivo, llamado CoolSculpting, apareció en un sector de la belleza ya saturado que vendía vientres más planos y mandíbulas más afiladas, pero este contaba con una ventaja: un alabado pedigrí científico.

La investigación que sustenta su desarrollo se había realizado en el laboratorio del principal hospital universitario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, un detalle que aparecía a menudo en las noticias y los programas de entrevistas. El discurso funcionó. Las máquinas CoolSculpting son ahora habituales en los consultorios de dermatología y cirugía plástica, así como en los spas médicos, además de que esta tecnología ha generado más de 2000 millones de dólares de ingresos.

La criolipólisis, el término técnico con el que se conoce el procedimiento consiste en colocar el dispositivo en una zona concreta del cuerpo para congelar las células adiposas. Los pacientes suelen someterse a varios tratamientos en la misma zona. En los casos de éxito, las células mueren y el cuerpo las absorbe. Pero en algunas ocasiones, el procedimiento provoca graves desfiguraciones.

Además, la grasa puede aumentar, endurecerse y alojarse en el cuerpo, a veces incluso adoptando la forma del aplicador del dispositivo. Este efecto secundario, denominado hiperplasia adiposa paradójica, suele requerir cirugía para corregirlo. “Aumentó, no redujo, mis células grasas y me dejó deformada para siempre”, escribió la supermodelo Linda Evangelista en 2021 sobre su experiencia con CoolSculpting.

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