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¡El pueblo está harto!
Harto de los apagones.
Harto de los bajones del voltaje de la energía eléctrica que destruyen equipos y enseres del hogar y de los negocios.
Harto de pagar una factura eléctrica cara, por un servicio eléctrico que se ha convertido de nuevo en una verdadera vergüenza nacional.
¿Dónde están los miles de millones de pesos y dólares que se han invertido en el sector eléctrico?
¿Dónde están las promesas de estabilidad y modernización del sistema?
¿Dónde está la responsabilidad del gobierno, de las EDEs, y de los organismos que tienen en sus manos el futuro energético del país?
¡Porque lo que hay ahora mismo es un robo descarado!
Una burla a la dignidad del pueblo dominicano.
Cada día, y en todo el país, hay miles de hogares que sufren interrupciones eléctricas sin explicación, sin aviso previo, y sin compensación.
Y no se trata solo de incomodidad.
Se trata de daños reales.
Se dañan neveras, inversores, televisores, equipos médicos, negocios enteros quedan paralizados, y nadie responde.
¿Quién paga estos daños? ¡NADIE!
Pero la factura eléctrica, ¡esa sí llega puntual y aumentada!
Y si no la pagas a tiempo, te cortan la luz de inmediato, sin importar si has pasado días enteros sin servicio.
¿Hasta cuándo vamos a aguantar este relajo?
¿Hasta cuándo el pueblo dominicano va a seguir pagando el precio de una corrupción energética disfrazada de “inversión”?
Aquí no hay falta de capacidad técnica.
Aquí lo que hay es falta de voluntad, de transparencia, de vergüenza.
Porque mientras el pueblo sufre apagones, los que están en las oficinas de alto nivel gozan de energía 24/7, aire acondicionado, plantas eléctricas de lujo y privilegios impagables.
¡BASTA YA!
Este país merece un sistema eléctrico moderno, estable y justo.
Merece un servicio digno, a la altura de lo que paga.
Y merece respuestas claras, rendición de cuentas y acciones urgentes.
Porque cada apagón, es un insulto.
Cada bajón de voltaje, es un golpe a la economía de los hogares.
Y cada excusa oficial es una bofetada al pueblo trabajador.
Este editorial no es una queja más: ES UN GRITO DE GUERRA CÍVICO.
Un llamado a levantar la voz, a exigir respeto, y a no quedarnos callados ante un acoso sistemático que afecta la vida diaria de millones de personas.
¡El pueblo dominicano no es un relajo!!!