El mandatario salvadoreño en licencia, Nayib Bukele, se declaró en la noche de este domingo 4 de febrero ganador de las elecciones presidenciales ante miles de sus seguidores que se reunieron frente al Palacio Nacional, sede del Ejecutivo, para celebrar su reelección.
Bukele afirmó que ganó las elecciones “con más del 85 % de los votos” y dijo que se trataba de un “récord en toda la historia democrática del mundo”, aunque para la medianoche el Tribunal del Supremo Electoral (TSE) no había divulgado el consolidado de los datos y se estancó por horas en el 31% escrutado.
Sin embargo, a las 22:30 hora local (04:28 GMT del lunes), los datos del TSE mostraban la amplia ventaja de Bukele, que obtenía 1.295.888 votos, frente a 110.244 de su más inmediato rival, Manuel Flores, del izquierdista FMLN, entre un total de 2.697 actas electorales escrutadas para ese momento (el 31,4% del total).
El magistrado Guillermo Wellman del Tribunal Supremo Electoral (TSE) declaró luego, en la madrugada del lunes, que los resultados presentados por el presidente al autoproclamarse ganador no eran oficiales.
“Nosotros somos los que damos los resultados oficiales”, indicó a los periodistas al ser preguntado sobre si eran o no oficiales los porcentajes manejados por Bukele. “El árbitro somos nosotros”, enfatizó.
Retraso de resultados y problemas con el voto en el exterior
Más de 5,5 millones de salvadoreños estaban convocados a votar este domingo para elegir al próximo presidente del país entre seis candidatos, incluyendo a Bukele.
Este domingo también se votó, por primera vez, por 60 escaños del parlamento, en lugar de 84, un cambio que surgió tras la aprobación en la Asamblea Legislativa de una normativa impulsada por el Gobierno de Bukele. En las legislativas, las encuestas auguran que el partido de Bukele obtendrá la mayoría de las plazas en el Congreso, lo que le permitiría mantenerse como la primera fuerza política del país.
En total, se recibieron los votos en 1.590 centros repartidos en diferentes partes del país, con 24.000 agentes de la Policía Nacional y 3.000 observadores nacionales y extranjeros.
Los centros de votación de El Salvador cerraron las urnas a las 17.00 hora local (23.00 GMT), aunque los ciudadanos que lograron entrar antes de la hora límite pudieron sufragar, según las disposiciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Desde ese momento se dio inicio al escrutinio de las elecciones presidenciales y legislativas, en las que el actual presidente, Nayib Bukele, aspiraba un segundo mandato consecutivo y figuraba como gran favorito. Pero cinco horas después no se conocían resultados.
Los rivales de Bukele en estos comicios eran Manuel Flores, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) – que llegó a ser uno de los partidos más poderosos del país-; el empresario Joel Sánchez, del partido derechista Arena; el exmilitar y abogado Luis Parada, de 63 años, de Nuestro Tiempo (socialdemócrata); José Renderos, de Fuerza Solidaria (derecha); y la arquitecta Mariana Murillo, de Fraternidad Patriota Salvadoreña, de tendencia conservadora.
En los comicios también estaban habilitados para votar 741.000 salvadoreños en el extranjero, de manera electrónica en la plataforma del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con su documento de identidad.
Sin embargo, el propio Bukele aseguró que el Tribunal Electoral cerró los centros de votación en el exterior “sin dejar entrar a salvadoreños que ya estaban en la fila” para emitir su sufragio.
“Esto es una violación de la ley electoral”, afirmó el mandatario en redes sociales.
Posteriormente, el TSE reconoció los problemas en el voto en el exterior y atribuyó a esto el retraso en la entrega de los resultados. Asimismo, anunció un plan para que pudiesen sufragar los residentes en el extranjero que no lograron hacerlo por el cierre de los centros de votación cuando todavía había electores aguardando en las filas y aseguró que no había procesado aún ninguna de las actas de las elecciones legislativas.
Bukele llamó a votar y defendió su política de seguridad
Antes del cierre de las urnas y en plena votación ciudadana, Bukele, que actualmente se encuentra en licencia, rompió el silencio electoral y realizó una comparecencia desde su sede de campaña, donde llamó a sus seguidores a acudir a las urnas y también a votar por su partido, Nuevas Ideas, que actualmente domina el Ejecutivo, indicando que una pérdida de escaños podría complicar su gobernabilidad de ser reelecto.
“Es importante que como ciudadanos cada quien hagamos nuestra parte, miles de salvadoreños están haciendo colas (en países extranjeros), están en la lluvia, en el frío, ellos no tienen la ventaja de tener cerca el centro de votación, todos tenemos que hacer nuestro esfuerzo, la realidad es que se gana con votos y de la misma manera se pierde sin votos”, dijo Bukele.
También dijo que “no hay peligro de ir a votar”, en un guiño a su política de seguridad, en la que se ha centrado su mandato y que, asegura, ha reducido considerablemente los homicidios en el país, aunque diversas ONG lo acusan de no garantizar los DD. HH. en el país.
Sobre la polémica por su aspiración a un nuevo mandato, dado que la Constitución prohíbe la reelección inmediata, Bukele descartó, nuevamente, que fuese necesaria una reforma constitucional para establecer un sistema que permitiera esa posibilidad.
Bukele, con una popularidad que se ha sostenido alrededor del 90% y con un 81,7% de intención de voto, según recientes encuestas, es el primer presidente de la joven democracia salvadoreña que busca ser reelegido de forma inmediata y, de confirmarse su victoria, será el primero en repetir en el cargo.
