Cáncer colorrectal ¿qué tan grave es?

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Si andan con la duda sobre el cáncer colorrectal les vamos a explicar desde los síntomas hasta con quién ir si sospechan que lo están padeciendo.

De acuerdo con la World Health Organization, a partir de este año y hasta 2040, se estima que el cáncer colorrectal aumentará a 3,2 millones de casos nuevos por año (un aumento del 63%) y a 1,6 millones de muertes por año (un aumento del 73%).

Viene Jorge Santin a decirnos cómo podemos prevenir y, sobre todo, detectar a tiempo este tipo de cáncer.

¿Qué onda con el cáncer en el mundo?

Según la World Health Organization, el cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo. De acuerdo con World Health Organization, el cáncer colorrectal representa aproximadamente el 10% de todos los casos de cáncer y es la segunda causa de muertes relacionadas con esta enfermedad en el mundo.

De acuerdo con datos de WHO, se estima que, en 2020, hubo más de 1,9 millones de casos nuevos de cáncer colorrectal y se produjeron más de 930 mil muertes debido a esta enfermedad en todo el mundo.

De aquí a 2040, se estima que la carga del cáncer colorrectal aumentará a 3,2 millones de casos nuevos por año (un aumento del 63%) y a 1,6 millones de muertes por año (un aumento del 73%).

El cáncer colorrectal afecta predominantemente a las personas de mayor edad, y la mayoría de los casos son personas de 50 años o más.

¿Qué es el cáncer colorrectal?

El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que afecta al colon (intestino grueso) o al recto. Es uno de los tipos más frecuentes de cáncer en todo el mundo. Puede causar daños graves y la muerte. El riesgo de cáncer colorrectal aumenta con la edad. La mayoría de los casos son personas mayores de 50 años.

Los síntomas frecuentes son diarrea, estreñimiento, sangre en las heces, dolor abdominal, pérdida de peso sin causa aparente, cansancio y concentraciones bajas de hierro. Muchas personas no presentan síntomas en las fases iniciales de la enfermedad.

El riesgo se puede reducir manteniendo una alimentación saludable, haciendo ejercicio con regularidad, no fumando y reduciendo el consumo de alcohol. Es fundamental realizar exámenes periódicos para detectar la enfermedad de manera precoz.

Hay grandes variaciones geográficas en las tasas de incidencia y de mortalidad. Las tasas de incidencia fueron más altas en Europa, Australia y Nueva Zelandia, y las tasas de mortalidad más elevadas en Europa oriental.

Las tasas de incidencia de este tipo de cáncer se han venido reduciendo en los países de ingresos altos, en gran parte, gracias a los programas eficaces de cribado.

El pronóstico varía según su estado en el momento del diagnóstico. Las tasas de supervivencia de los cánceres en fase inicial son mayores que las de los cánceres que se encuentran en fase avanzada. Es importante que haya un diagnóstico oportuno, un tratamiento adecuado y una atención de seguimiento periódica para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de que se presente cáncer colorrectal cabe destacar los siguientes:

Edad: el riesgo de presentar cáncer colorrectal aumenta con la edad, y la mayoría de los casos son personas mayores de 50 años.

Antecedentes familiares: los antecedentes familiares de cáncer colorrectal o determinados trastornos genéticos, como el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar (PAF), pueden aumentar el riesgo.

Antecedentes personales: las personas que ya han tenido cáncer colorrectal o determinados tipos de pólipos tienen un mayor riesgo.

Factores relacionados con el modo de vida: la elección de hábitos poco saludables, como una dieta rica en carnes procesadas y baja en frutas, verduras y hortalizas, los comportamientos sedentarios, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, pueden aumentar el riesgo.

¿Cuáles son los síntomas?

A menudo, el cáncer colorrectal no causa síntomas en las fases iniciales. Es importante que se realicen exámenes periódicos para detectar la enfermedad de manera precoz y comenzar el tratamiento.

Entre los síntomas habituales se incluyen los siguientes:

Cambios en el hábito intestinal como diarrea, estreñimiento o heces delgadas.
Sangre en las heces (hemorragia rectal), de color rojo brillante o que produce heces oscuras.

Cólicos, dolor o distensión abdominal que no desaparecen.

Pérdida de peso sin causa aparente que es repentina y pérdida de peso sin intención.
Sensación constante de cansancio y falta de energía, incluso con suficiente descanso.
Anemia por déficit de hierro debida a hemorragia crónica, que provoca cansancio, debilidad y palidez.

¿Cómo se previene?

Los cambios en el modo de vida y los exámenes periódicos pueden ayudar a prevenir el cáncer colorrectal. Entre los cambios en el modo de vida que ayudan a prevenir el cáncer colorrectal se incluyen los siguientes:

Tener una alimentación sana que incluya muchas frutas y verduras.

Dejar de fumar tabaco.

Mantener un estilo de vida activo.

Reducir el consumo de alcohol.

Evitar la exposición a factores de riesgo ambientales.

¿Cómo detectar?

La mejor manera de detectar a tiempo el cáncer colorrectal es mediante la realización de exámenes periódicos (prevención secundaria). Existe mayor probabilidad de que los tratamientos curen la enfermedad en las fases iniciales.

Los estudios han demostrado que el cribado puede reducir tanto la incidencia como la mortalidad del cáncer colorrectal mediante la detección precoz y la extirpación de lesiones precancerosas. Las pruebas en heces son métodos de cribado no invasivos utilizados para detectar la presencia de cáncer colorrectal o pólipos precancerosos.

Un tipo común de prueba en heces es la prueba de sangre oculta en heces. Tal como indica su nombre, con esta prueba se detecta la sangre oculta en las heces, que puede ser un indicador de cáncer o pólipos colorrectales.

Esta prueba consiste en recoger una pequeña muestra de heces y enviarla a un laboratorio para su análisis.

Si se detecta sangre o se observan anomalías en las heces, generalmente se recomienda realizar otros procedimientos de diagnóstico, como la colonoscopia, para confirmar la presencia de cáncer o pólipos colorrectales.

Las pruebas en heces son prácticas, no invasivas y pueden ser eficaces para detectar el cáncer colorrectal en fases iniciales o encontrar pólipos precancerosos.

¿Cómo se diagnostica?

Los métodos de diagnóstico del cáncer colorrectal incluyen la exploración física, la imagenología (como las ecografías abdominales, las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas), el examen del interior del colon mediante colonoscopia o sigmoidoscopia, la toma de una muestra de tejido (biopsia) para el examen histopatológico y las pruebas moleculares para detectar mutaciones genéticas o biomarcadores específicos a fin de determinar la mejor opción terapéutica.

Tratamiento y atención

El tratamiento del cáncer colorrectal depende de su tipo y evolución, así como de los antecedentes médicos del paciente.

La detección precoz puede favorecer el tratamiento y los resultados. Entre los tratamientos se incluyen los siguientes:

Intervención quirúrgica
Radioterapia (radiaciones)
Quimioterapia
Tratamiento dirigido
Inmunoterapia

En las primeras fases del cáncer se suele practicar una intervención quirúrgica si el tumor no se ha extendido a otras partes del cuerpo. La quimioterapia y la radioterapia pueden ayudar a reducir el tamaño del tumor.

Los cuidados paliativos son un elemento importante para las personas con cáncer colorrectal. Su objetivo es controlar los síntomas, aliviar el dolor y ofrecer apoyo emocional. Estos cuidados pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer colorrectal y de sus familias.

¿Cuáles son las etapas de atención?

A) Enfermedad en fase inicial. El tratamiento principal del cáncer colorrectal en fase inicial (es decir, cuando el tumor limitado al colon o a los ganglios linfáticos locales, sin que haya habido metástasis a órganos distantes) es la extirpación quirúrgica del tumor y de los ganglios linfáticos cercanos.

El procedimiento quirúrgico específico depende de la localización del tumor. En el cáncer colorrectal en fase inicial, se puede recomendar la administración de quimioterapia complementaria para destruir cualquier célula cancerosa que permanezca que no se haya visto ni extirpado durante la intervención.

Después del tratamiento, las visitas de seguimiento y vigilancia sistemáticas son esenciales para controlar cualquier signo de recaída o un nuevo tumor. La vigilancia puede incluir exploraciones físicas, análisis de sangre y estudios por imágenes (como tomografías computarizadas) para detectar cualquier posible recaída en su fase inicial.

B) Enfermedad en fase avanzada. El tratamiento sistémico es el enfoque principal para el cáncer colorrectal metastásico, ya que tiene como objetivo tratar las células cancerosas en todo el organismo.

Para el cáncer colorrectal metastásico se suele utilizar la quimioterapia como tratamiento de primera línea. Los esquemas terapéuticos con quimioterapia combinada son habituales para destruir las células cancerosas o retrasar su crecimiento.

En algunos casos, se puede recomendar una intervención quirúrgica para el cáncer colorrectal metastásico a fin de extirpar tumores que estén provocando síntomas o bloqueando el intestino. Se pueden administrar tratamientos localizados, como la ablación por radiofrecuencia, la crioablación o la radioterapia, para tratar zonas metastásicas específicas, como el hígado.

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