miércoles, febrero 12, 2025

Escándalos de diciembre se han encargado de acabar con posibilidades presidenciales de Tony Peña Guaba

Santo Domingo. -Francisco Antonio-Tony-Peña Guaba viene dando tumbos desde hace mucho tiempo en la política y si bien, parecía reponerse rápidamente, el asumir un cargo en el gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), no le ha traído mucha suerte, a juzgar por los escándalos en que se ha visto envuelto, los cuales han ido disminuyendo su imagen de presidenciable.

En su puesto de flamante Coordinador del Gabinete de Políticas Sociales de la Presidencia de la República, en el cual fue designado mediante el decreto 331-20, el 16 de agosto de 2020, ha visto como acciones que parecieran normales, le han traído repulsa de la población, en especial en la distribución de fondos públicos en las navidades, debido a que se le ha visto como aprovechando la situación para sacar capital político.

Los diciembre parece que se han ido encargando de afectarle, hasta el punto de verse como en cuatro años, su carrera política prácticamente se ha hundido, pero la apreciación es que todo es culpa de las decisiones políticas tomadas.

Hijo de José Francisco Peña Gómez, calificado como el mayor líder de masas en la historia de la República Dominicana, no ha logrado tener esa aura política, a pesar de haber sido ministro de la Juventud y Cónsul en Nueva York.

El primer diciembre del gobierno de Luis Abinader y de su gestión en el Gabinete de Políticas Sociales, causó una repulsa generalizada porque presentó al mandatario un programa para “regalar” más de 100 millones de pesos del Estado para apoyar a las orquestas y grupos musicales en la pandemia de Covid-19.

Los cuestionamientos fueron tan ríspidos, que el presidente ordenó paralizar “la asistencia social a los dueños de agrupaciones musicales”, pero ya había entregado cheques por 53 millones, que se “subsanaron” con contratos para que tocaran en “fiestas digitales” que se transmitirían en plataformas por Navidad y Año Nuevo.

Ahí comenzó su desgracia. La poca transparencia que se advirtió en su accionar, fue cubriendo de opacidad su imagen como político, sumándose luego los escándalos de corrupción con los recursos que depositaba el Gobierno a las familias como ayuda por la pandemia, que sin tarjetas eran cobrados por “mafias” en los colmados y negocios acreditados.

Los diciembre siguientes, 2021, 2022 y 2023 no escaparon de los cuestionamientos por la entrega, sin aparente control del creado Bono Navideño. Las tarjetas andaban por paquetes en manos de los políticos del PRM y de los allegados a los funcionarios, hasta el punto de que varias personas fueron atrapadas en supermercados haciendo compras por decenas de miles de pesos con las tarjetas del bono y la culpa se la atribuían a él.

El 2024 no fue diferente y con el aumento de la cantidad de personas a beneficiar con el Bono Navideño, que el propio mandatario ha denominado como “La brisita navideña”, Tony Peña Guaba salió a las calles, hospitales y cualquier otro lugar donde se aglomeraran personas de clase baja, a entregar sin control la tarjeta.

Esta vez, los cuestionamientos aumentaron y como hacía poco que había dejado entrever que lanzaría su proyecto presidencial, se han volcado las críticas en las redes y los medios de comunicación con los videos del sonriente aspirante presidencial, entregando bonos, cual si fuera dinero de su patrimonio.

Como en el diciembre de 2020, no se hicieron esperar los reclamos al presidente de la República para que lo destituya del Gabinete de Política Sociales de la Presidencia, pero faltará ver si esta vez, las voces encuentran eco en un presidente, que ha visto comenzar su segundo mandato, con problemas que no presentó en el primero.

Analistas políticos y comunicadores han comenzado ha advertir que los escándalo del Gabinete de Políticas Sociales de la Presidencia, han mellado de tal forma la imagen de Tony Peña Guaba, que aunque lance su proyecto presidencial a destiempo, no logrará el éxito que espera.

Y pareciera que Tony Peña Guaba está acostumbrado a ver como sus sueños se resquebrajan. En 2015 dejó al PRM alegando que Hipólito Mejía estaba haciendo acuerdos raros para conseguir los votos que le agenciaran la candidatura presidencial y volvió al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el que su padre hizo fuerte.

En 2019, específicamente en junio, en vísperas de las elecciones presidenciales, volvió al PRM junto a un grupo de dirigentes perredeistas, alegando diferencias con Miguel Vargas Maldonado.

“Mi convicción me decía que debía trabajar para el cambio, y el único partido que puede hacer posible ese cambio es el Partido Revolucionario Moderno”, proclamó.

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