Un iraní murió asesinado de un tiro en el cabeza efectuado por las fuerzas de seguridad de su país mientras celebraba la derrota de la selección iraní contra Estados Unidos por 0-1 en el Mundial de Qatar, según denunciaron el miércoles varias organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Mehran Samak, de 27 años, murió después de tocar la bocina mientras conducía su automóvil en Bandar Anzali, una ciudad en la costa del Mar Caspio, al noroeste de Teherán, según denunciaron varios grupos de derechos humanos. El joven “fue atacado directamente y recibió un disparo en la cabeza de las fuerzas de seguridad… tras la derrota de la selección nacional contra Estados Unidos”, denunció el grupo Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo.
Otra organización, el Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI), con sede en Nueva York, afirmó que las fuerzas de seguridad mataron al hombre mientras asistía a las celebraciones. Esta organización publicó un video del funeral de Mehran Samak en Teherán durante el cual se podía escuchar a la multitud gritando “Muerte al dictador”. Este eslogan contra el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, es uno de los principales gritos de guerra del movimiento de protesta desatado por la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que murió el 16 de septiembre en Teherán después de su arresto por la policía moral.
Al menos 448 personas, incluidos 60 niños menores de 18 años, han muerto en la represión de las protestas por parte de las fuerzas de seguridad, según un recuento compilado por IHR. El lunes, las autoridades iraníes informaron por primera vez de la muerte de más de 300 personas desde el inicio de los disturbios.
La derrota de Irán el martes por la noche en Doha frente a Estados Unidos, su enemigo acérrimo, y su eliminación de la Copa del Mundo han despertado escenas enfrentadas de alegría y desesperación entre los iraníes, en un país dividido ante el movimiento de protesta iniciado hace dos meses y medio. Esta división tuvo su reflejo en la selección iraní, que se negó a cantar el himno nacional antes del comienzo de su partido inaugural en el mundial.
Precisamente uno de los futbolistas de la selección, Saeid Ezatolahi, que jugó en el partido contra EE.UU. y es oriundo de Bandar Anzali, reveló en las redes sociales que conocía a Amak, y colgó una foto de ellos dos juntos, de niños, en un equipo de fútbol, según informa The Guardian. “Tras la amarga pérdida de anoche, la noticia de tu fallecimiento incendió mi corazón”, dijo Ezatolahi en Instagram, describiendo a Samak como un “compañero de equipo de la infancia”.
El futbolista no hizo comentarios sobre la muerte de su antiguo compañero, pero afirmó que “algún día caerán las máscaras, la verdad quedará al descubierto”, dejando para la poesía lo que la mano dura del régimen de los ayatolás impide decir a las claras.
