REDACCIÓN SALUD.- Un reciente estudio elaborado en las universidades de California San Diego y Pittburgh en los Estados Unidos han revelado evidencias alarmantes sobre los daños que la luz ultravioleta (UV) emitida por las lámparas de secado de esmalte de uñas podrían causar a las manos de la persona que se aplique dicho proceso. Aunque la bombilla de un secador de esmalte de uñas LED es menos intensa y tiene un espectro UV diferente al de una cama de bronceado, los pocos rayos que la primera desprende podrían penetrar fácilmente en la piel.
Durante la investigación titulada como “Daño en el ADN y mutaciones somáticas en células de mamíferos después de la irradiación con un secador de esmalte de uñas”-traducida al español y publicada en la revista Nature- alega que la radiación UV de las lámparas de uñas puede dañar el ADN de las células humanas y de los ratones de manera similar.
Dentro de los argumentos a la hipótesis de la materia de investigación se explica que cuando se colocaron placas de Petri con células humanas y de ratón dentro de un secador de esmalte de uñas durante dos sesiones de 20 minutos (separadas por una hora de descanso), alrededor del 20 al 30 por ciento de las células murieron. +
Daño en el ADN
Asimismo, las células que quedaron después del período de exposición total mostraron signos de daño en el ADN y mutaciones relacionadas con el cáncer de piel.
En tanto, uno de los miembros del laboratorio de Alexandrov y primera autora del estudio mencionado, Maria Zhivagui, estaba tan alarmada por los resultados que decidió dejar de hacerse manicuras regulares con esmalte en gel.
“Una vez que vi el efecto de la radiación emitida por el dispositivo de secado de esmalte en gel sobre la muerte celular y que en realidad muta las células incluso después de solo una sesión de 20 minutos, me sorprendió”, dijo Zhivagui en un articulo científico de la Universidad de California en San Diego.
Los investigadores han solicitado estudios epidemiológicos a largo plazo adecuados para evaluar si los mecanismos descubiertos por la prueba se traducen en daños reales.
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