REDACCIÓN.- En un mundo donde la conexión digital nunca se detiene, surgen fenómenos psicológicos que reflejan el impacto de vivir constantemente en línea. Términos como Momo, Jomo, Foji y otros acrónimos en inglés encapsulan las ansiedades y comportamientos derivados de nuestra relación con la tecnología.
Para los expertos, estas nuevas fobias digitales son el resultado de un entorno hiperconectado, donde la información fluye de manera constante.
Fomo: el miedo a perderse algo

Este comportamiento no solo afecta la interacción en línea, sino que también puede influir en la vida cotidiana, ya que quienes lo padecen priorizan estar al tanto de lo que ocurre en el mundo digital por encima de otras actividades.
Jomo: el placer de desconectarse
En el extremo opuesto del Fomo se encuentra el Jomo (Joy of Missing Out), que se traduce como la alegría de perderse algo. Este concepto promueve una actitud más saludable hacia la tecnología, destacando los beneficios de desconectarse y disfrutar del tiempo fuera del ámbito digital. En ese sentido, quienes adoptan el Jomo valoran su bienestar emocional y son más selectivos con el contenido que consumen.
El Jomo no solo implica desconexión, sino también una revalorización de las actividades offline, como pasar tiempo con amigos o disfrutar de momentos de soledad. Este enfoque busca contrarrestar la presión de estar siempre conectado, fomentando una relación más equilibrada con la tecnología.

Momo: la paranoia del silencio en redes sociales
El Momo (Mystery of Missing Out) refleja un tipo de ansiedad diferente: la inquietud que surge cuando los contactos en redes sociales no publican nada. Este fenómeno lleva a las personas a imaginar que sus amigos están viviendo experiencias emocionantes sin documentarlas, lo que intensifica la sensación de exclusión.
El Momo pone de manifiesto cómo las redes sociales han redefinido nuestras expectativas sobre la comunicación y la visibilidad. La ausencia de publicaciones puede generar especulaciones y alimentar la paranoia, especialmente en un entorno donde compartir cada detalle de la vida se ha vuelto la norma.
Fomomo: el miedo al misterio de perderse algo
El Fomomo (Fear of the mystery of missing out) combina elementos del Fomo y el Momo, pero añade un nivel de incertidumbre. Este término describe el miedo a perderse algo sin siquiera saber qué es. Quienes experimentan Fomomo sienten angustia al no tener acceso a información sobre lo que otros están haciendo, lo que puede llevar a especulaciones sobre eventos o situaciones que podrían ser importantes.

Este síndrome refleja cómo la falta de información puede ser tan perturbadora como la sobrecarga de datos, destacando el impacto psicológico de la incertidumbre en un mundo hiperconectado.
Foji: el miedo a participar
El Foji (Fear of Joining In) se refiere al temor de unirse a redes sociales o grupos digitales por miedo a no saber qué publicar o a no recibir la validación esperada. Esta ansiedad puede llevar a las personas a evitar participar en actividades sociales, tanto en línea como fuera de ella.
El Foji pone en evidencia cómo la presión por obtener “likes” y comentarios puede inhibir la interacción, generando un círculo vicioso de aislamiento y falta de confianza. Este fenómeno es especialmente relevante en un contexto donde la aprobación social se mide en métricas digitales.
Slomo: la pausa antes de decidir
Finalmente, el Slomo (Slow to missing out) describe una actitud más pausada hacia las redes sociales. Este término se refiere a la tendencia de tomarse tiempo para decidir si participar o no en eventos o tendencias digitales. Las personas que adoptan el Slomo priorizan disfrutar del momento antes de compartirlo en línea, lo que contrasta con la inmediatez que caracteriza al Fomo.

Un reflejo de nuestra relación con la tecnología
Estos términos no solo describen comportamientos individuales, sino que también reflejan las complejidades de nuestra relación con la tecnología. En un mundo donde las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos y percibimos la realidad, estas fobias digitales evidencian tanto los desafíos como las oportunidades de vivir en un entorno hiperconectado.