Santo Domingo. El obispo Jesús Castro Marte expresó varias críticas a las autoridades, destacando la doble moral en el trato a la migración, la lentitud de la justicia y la necesidad de un mayor control sobre los motoristas, que siguen siendo un desafío para la seguridad vial en el país.
Durante su homilía, el prelado lamentó la tardanza en los veredictos judiciales, que según él, afectan a la confianza en el sistema judicial. También cuestionó la actitud de ciertos sectores de la sociedad hacia el tema migratorio, sugiriendo que se debe buscar una solución más justa y equitativa.
En el ámbito social, el obispo también mostró su preocupación por las muertes causadas por accidentes de tránsito y criticó la falta de acción por parte de las autoridades para resolver este problema.
Asimismo, señaló la carencia de apoyo de la ciudadanía para contribuir a un cambio positivo en este aspecto. Sin embargo, no dejó de reconocer algunos avances en otras áreas.
Aplaudió las iniciativas del Ministerio de Interior y Policía, particularmente las acciones relacionadas con la regulación del ruido, y ofreció su respaldo a las mujeres trabajadoras que, además de desempeñarse profesionalmente, asumen la responsabilidad de cuidar a sus hijos, destacando su labor fundamental en la sociedad.
Por otro lado, el obispo también destacó el crecimiento económico que experimenta el país, aunque advirtió sobre la necesidad de que los beneficios de este progreso se distribuyan de manera más equitativa para reducir las desigualdades sociales.
En cuanto a la celebración religiosa, el presidente Luis Abinader se unió a miles de feligreses que veneran a la Virgen de la Altagracia, participando en la misa central en honor a la patrona del pueblo dominicano.
Acompañado de funcionarios, legisladores y dirigentes políticos, el mandatario compartió con los devotos de la Virgen en un acto cargado de fervor religioso. A lo largo del día, se celebraron otras misas, entre ellas una en creole, para que más creyentes pudieran participar en este significativo evento.
La devoción mariana sigue viva a lo largo del día, con numerosos actos litúrgicos destinados a fortalecer la fe de los católicos, quienes continúan celebrando el culto a la Virgen de la Altagracia, como símbolo de unidad y esperanza para la nación.