Redacción. – Como cada año, la Semana Santa en República Dominicana se celebra con una mezcla única de fervor religioso, tradiciones populares y momentos de esparcimiento familiar. Desde los viacrucis comunitarios hasta el tradicional plato de habichuelas con dulce, el país se transforma durante estos días en un escenario de recogimiento y alegría.
En los distintos pueblos del país, especialmente en zonas rurales, los feligreses participan activamente en procesiones y dramatizaciones de la pasión de Cristo. Estas representaciones, algunas de ellas organizadas por jóvenes de las parroquias, se han convertido en una forma de mantener viva la devoción católica que caracteriza a gran parte del pueblo dominicano.
Sin embargo, la Semana Santa dominicana también es sinónimo de descanso y unión familiar. Muchos aprovechan el feriado para visitar playas, ríos y montañas, especialmente en destinos como Puerto Plata, Samaná, Jarabacoa y Punta Cana. Aunque las autoridades recomiendan prudencia en las carreteras y moderación en el consumo de alcohol, los balnearios del país se llenan de vida con la presencia de visitantes locales y extranjeros.
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Uno de los elementos más representativos de esta temporada es, sin duda, la habichuela con dulce. Este postre, elaborado con habichuelas rojas, leche de coco, leche evaporada, azúcar, pasas, galletas, especias como canela y clavo dulce, se comparte entre vecinos, amigos y familiares como símbolo de generosidad y cultura.
Además, es común ver a las personas vestidas de manera recatada durante el Jueves y Viernes Santo, días considerados de mayor solemnidad. En algunos hogares, se evita poner música alta o realizar fiestas durante estos días, como muestra de respeto a la tradición religiosa.
Las autoridades han desplegado un operativo especial de seguridad con miles de miembros del COE, Defensa Civil y Policía Nacional, quienes trabajan para garantizar un feriado seguro para todos los ciudadanos.
Semana Santa en República Dominicana es más que un tiempo libre: es un reflejo del alma criolla, que combina lo sagrado con lo festivo, lo espiritual con lo cotidiano.