Santo Domingo.- La Dra. Flor Berenice Fortuna Terrero, psicóloga especializada en deterioro cognitivo, explicó este martes que el envejecimiento natural del cerebro puede llevar a un deterioro cognitivo, el cual puede variar entre leve y acelerado. Según indicó, la herencia genética es el factor más común en este proceso, aunque otros elementos, como el ambiente, la alimentación, la falta de actividad física y un estilo de vida sedentario, también juegan un papel crucial.
En una entrevista en el programa “Matutino Su Mundo TV”, la especialista destacó que, aunque es normal que con la edad disminuya la rapidez para realizar actividades cotidianas, es importante estar atentos a la pérdida de memoria reciente, ya que puede ser un indicio de una condición más grave.
“La juventud nos permite realizar múltiples tareas a la vez, pero con el tiempo la agilidad se reduce. Esto es un proceso natural. Sin embargo, cuando se afecta la capacidad de recordar eventos recientes, es un motivo para buscar ayuda”, señaló la doctora.
Sobre el descanso, Fortuna enfatizó que los adultos mayores suelen dormir menos, por lo que recomendó establecer hábitos saludables antes de dormir, como:
- Mantener una rutina fija para acostarse.
- Evitar dispositivos electrónicos antes de dormir.
- Realizar ejercicio moderado.
- Dormir en un ambiente oscuro y silencioso.
- Practicar la respiración profunda para promover un sueño reparador.
En cuanto al estilo de vida, subrayó la importancia de vivir en el “aquí y ahora” y evitar el ritmo acelerado de múltiples tareas. Además, destacó que la lectura es una actividad clave para mantener el desarrollo cognitivo activo, ya que fomenta la concentración y la memoria.
La Dra. Fortuna desmintió la idea de que los adultos mayores “se convierten en niños” al envejecer, explicando que no todos experimentan un deterioro cognitivo severo. “Hay personas que alcanzan los 100 años totalmente lúcidas, conscientes y capaces de tomar decisiones”, comentó. Sin embargo, aclaró que el envejecimiento patológico, como el asociado con el alzhéimer, es distinto y conlleva un deterioro progresivo.
Sobre esta enfermedad, destacó que los casos de alzhéimer han aumentado en los últimos años. “Cuando alguien es diagnosticado, el enfoque es mantener su calidad de vida, ya que no hay marcha atrás en el avance de la enfermedad. Además, se trabaja intensamente con los familiares para ayudarlos a aceptar y manejar la situación”, puntualizó.
La Dra. Fortuna concluyó llamando a la sociedad a fomentar hábitos saludables desde una edad temprana, como la lectura y la actividad física, para proteger la salud cognitiva en la vejez.