La propuesta de rediseño sometida por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EEUU (USCIS) podría tener un impacto en la decisión de los latinos de convertirse o no en ciudadanos.
Uno de los cambios que está probando USCIS es pedir a los solicitantes que observen tres fotografías en color, seleccionadas al azar de un grupo de aproximadamente 40 imágenes que corresponden a actividades diarias, el clima o la comida. Los solicitantes recibirán una puntuación en la capacidad de responder en inglés usando vocabulario y frases simples que sean relevantes para la imagen.
Esto, según expertos, tendría el propósito de determinar no solo la memoria de una persona, sino que alguien pueda hablar de manera funcional y puede hacer que sea más difícil, especialmente para los inmigrantes vulnerables como los refugiados, los discapacitados o los ancianos que podrían no haber dedicado tanto tiempo a aprender inglés, o incluso aquellos que no tienen tanta educación en su propio idioma.
Aunque especialistas en materia de migración aseguran que la etapa de prueba de los cambios aún es temprana, en general, la evaluación tiene características de una exigencia obsoleta, de un precio adicional al del proceso de naturalización y pertenencia a un país, así mismo, agregan que el nuevo examen en general agregaría presión y estrés entre los latinos elegibles a naturalizarse.