San Cristóbal.- Un estudio realizado a Las Cuevas del Pomier, en San Cristóbal, denunció que algunas han sido dañadas y destruidas, por las actividades de las canteras, por lo que se recomendó protegerlas y preservadas del cualquier riesgo.
Propuso, también, suspender la operación minera de forma definitiva en la zona de amortiguamiento de las Cuevas del Pomier.
El estudio, fue realizado por el PhD, Geprge Veni y Associates Carsbad, Nuevo México, USA, con los auspicios del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Según el inventario, hay 57 cuevas y un manantial, pero hay nueve que están destruidas y otras siete dañadas.
Los investigadores, además, dijeron que hay 25 cuevas con arte rupestre, pero que también, hay una destruida por completo y tres dañadas por actividad de canteras.
El equipo que por dos semanas realizó el estudio, informó que hay 33 cuevas que no fueron localizadas o visitadas.
Recomendaron, que no debe deben hacerse obras, voladuras o movimiento de tierra con equipo pesado a tan corta distancia de las cuevas identificadas.
Consideraron que los taludes de tierra deben tener una inclinación menos pronunciada, si se fuese a hacer este tipo de trabajo para proteger las cuevas, mientras las pendientes de la pared deben ser definidas desde abajo.
Afirmaron que es más recomendable hacer rellenos que hacer más excavaciones y voladuras, así como evitar las grietas que tanto daño hacen en el entorno de las cuevas.
En su conclusión del trabajo de investigación, los técnicos propusieron que la remediación de las mineras no es atendible, ya que persigue aprovechamiento de la extracción del material.
Advirtió que la propuesta de extracción de materiales, pondría en riesgo dos cuevas más, aparte de las nueve que hay.
Adelantó, que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales hará una propuesta alternativa de un plan de remediación, ya que la incursión dentro del área de amortiguamiento no es compatible con los fines del área que se desea proteger.
Recomendó, además, trasladar la operación de canteras hacia el lado Oeste de donde existen materiales de la misma composición, siempre y cuando se realicen los estudios de impacto ambiental y se agote el proceso de evaluación.
El Ministerio de Medio Ambiente recomendó una fiscalización de cumplimiento, estabilización de laderas mediante métodos no destructivos, revegetación, rellenos, mallas metálicas, sistemas de drenaje, anclajes, muros de contención, rellenos de cuencos dejados por la minería, remoción de escombros de minería dentro y en las entradas de las cuevas, y reforestación con especies recomendadas por Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Geprge Veni y Associates Carsbad, Nuevo México, recomendó al Gobierno invertir para hacer de las cuevas del Pomier un destino turístico.
La Presidencia de la República tiene plan de declarar las cuevas del Borbón o Pomier, capital prehistórica de Las Antillas, medioambiental, científica, educativa, cultural y turística.
Aseguró que la ia inversión se recuperará con un mayor turismo y luego los fondos captados financiarían más investigaciones y la protección de la reserva.
En el estudio, estuvieron involucrados, también, el senador de la provincia de San Cristóbal, Gustavo Lara Salazar; la gobernadora, Pura Castillo; el director de EGEHID, Rafael Salazar, y José Altagracia Victoriano Reyes, rector del Instituto Politécnico de Loyola.
La investigación consideró que la presencia de daños en las cuevas por sí sola, no es prueba de que la cantera haya causado el daño, ya que las mismas se rompen y se derrumban con el tiempo de forma natural, al igual que las estructuras naturales y artificiales.
Atribuyó daños provocados por las canteras, el derrumbe natural de una cueva durante el lapso típico de una vida humana, que es poco frecuente, pero todos los daños notificados se han producido en los últimos 57 años desde que la cantera comenzó a funcionar.
Dijo que seis de las ocho cuevas conocidas a menos de 130 metro de la cantera presentan daños, aunque ninguna de las siete cuevas conocidas a más de 130 metros de distancia de la cantera ha sufrido daños.
Explicó que de las 26 cuevas conocidas en la reserva y la zona de amortiguación que contienen arte rupestre, una fue destruida por la explotación de la cantera y tres han sufrido daños, siendo cifras potencialmente mínimas.
Según los técnicos, en el 2015, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales creó un plan integral que evaluaba la infraestructura y los recursos comunitarios, además de los recursos culturales y biológicos de la reserva.
El informe, que no se ha implementado, finaliza con una propuesta de plan de acción de cinco años que exige investigación y monitoreo a largo plazo para asegurar la protección del arte rupestre de las cuevas y los ecosistemas superficiales y subterráneos de la reserva.
La propuesta, habría sido respaldada por Bauer, en 2019, que recomendó colocar letreros atractivos e informativos que dirigirían a los turistas a encontrar la reserva más fácilmente y que informarían a los visitantes de la reserva sobre los aspectos especiales de la reserva y sus cuevas.
Otra investigación de gestión realizada en el 1995 por Peck, identificó la presencia de especies nuevas entre las ocho cuevas que investigó.
George Veni y Associates, dijo que es probable que se encuentren más especies con una investigación más profunda.
Los técnicos expresaron que con su protección, probablemente se protege una gran parte del suministro de agua para la ciudad de San Cristóbal, que parece recibir parte y quizás gran parte de su líquido de esta área a través del manantial de La Toma.
Destacó que la importancia de la reserva para los estudios paleontológicos, paleoclimáticos paleoambientales a través de sus espeleotemas y otros posibles valores económicos y científicos no se ha estudiado.
El estudio determinó que el área de explotación de la cantera cubre un mínimo de 759.870 metros cuadrados, de los cuales, el 6,2% se encuentra en la reserva y el 73,4% en la zona de amortiguamiento de 300 metros de ancho de la reserva.
Dijo que al menos, 2 mil 500 metros cuadrados de la cantera de la reserva no están incluidos en estas cifras porque han sido cubiertos por el bosque y no se pueden medir con precisión con imágenes aéreas.