REDACCIÓN SALUD.- El consumo excesivo de comidas ultraprocesadas con alto contenido de sodio, grasas y sal añadida no sólo provoca aumento de peso, también afecta la salud cardiovascular al aumentar el riesgo de hipertensión o colesterol elevado. Ahora, un nuevo estudio brinda una motivación adicional para reducir la frecuencia de la comida rápida en la dieta de todos los días.
Una investigación reciente encontró que el consumo de comida rápida está asociado con la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), una afección potencialmente mortal en la que la grasa se acumula en el hígado.
Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad de Carolina del Sur, EEUU, señaló que las personas con obesidad o diabet0es que consumen el 20% o más de sus calorías diarias de comida rápida tienen niveles muy elevados de grasa en el hígado en comparación con quienes consumen menos o nada de comida rápida.
Comida rápida
El estudio caracterizó como platos de comida rápida a las pizzas, hamburguesas, papas fritas y salchichas o hot dogs, ofrecidos en los restaurante o en las denominadas cadenas de fast food.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico, también conocida como esteatosis hepática, puede provocar cirrosis o cicatrización del hígado, lo que puede causar cáncer o insuficiencia hepática. La esteatosis hepática afecta a más del 30% de la población estadounidense.
En América Latina, el 25% de la población adulta padece la enfermedad por hígado graso no alcohólico. Y la mala noticia es que casi no da síntomas en la etapa temprana. Como la patología puede avanzar de manera silenciosa y causar una cirrosis o un cáncer de hígado hoy los médicos alertan que hay que prestarle más atención. Además, la enfermedad se está adelantando: se detectan cada vez más casos de hígado graso en adolescentes.