La diseñadora británica Mary Quant ha muerto a sus 93 años, según ha anunciado este jueves su familia. La célebre modista escribió su nombre en la historia de la moda en la década de los años sesenta al popularizar la minifalda y liberar así a las mujeres de las convenciones sobrias y arcaicas que imperaban en el prêt-à-porter.
Originaria de una pequeña localidad situada en el sureste de Londres, Blackhealth, Quant inició sus estudios de moda en los años 50 y abrió su primera boutique en el año 1959, El Bazaar, junto a su marido Alexander Plunket. Sus diseños pronto conquistaron a las jóvenes londinenses pues era de las pocas modistas de la época que ofrecía piezas coloridas, atrevidas y radicalmente distintas a los códigos de vestimenta, demasiado formales y sobrios, que caracterizaban por aquel entonces a la moda británica.
“Una mujer es tan joven como sus rodillas”, decía la consagrada inventora de las minifaldas. Esta prenda, así como los vestidos cortos y los shorts fueron su seña de identidad y revolucionaron la moda urbana más allá de Europa, llegando a Estados Unidos en menos de una década.
Inspirada por los uniformes de baile que lucían las niñas, Quant creó una moda llena de color, con cortes y estampados geométricos, el bicolor y las faldas tableadas. Con musas como la modelo Twiggy o la actriz Audrey Hepburn su optimista visión libertaria y atrevida de la moda moldeó el vestuario de la época y todavía hoy influye en los diseños actuales, a pie de calle y en las pasarelas.
Aunque la británica se disputa la invención de la minifalda con Courrèges, sí se le atribuye el inicio de la democratización de la moda en Reino Unido. La creativa decidió bajar los precios de sus diseños para llegar a un público más amplio y que todas las mujeres, vinieran de donde vinieran, pudieran permitirse formar parte de esta revolución social y estilística.
