jueves, noviembre 14, 2024

Tratamiento con estimulación cerebral profunda podría hacer que los brazos y las manos recuperen la movilidad

Los pacientes que pierden el uso de las manos y los brazos tras un accidente cerebrovascular (ACV) o una lesión cerebral traumática podrían recuperar parte de su función mediante la estimulación cerebral profunda (ECP), demuestra una investigación reciente.

La estimulación cerebral profunda implica la colocación quirúrgica de electrodos para administrar impulsos eléctricos a áreas del cerebro que regulan una actividad específica. A menudo se usa para tratar los problemas de control del movimiento asociados con la enfermedad de Parkinson.

“La parálisis del brazo y la mano tiene un impacto significativo en la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo”, señaló la autora correspondiente Elvira Pirondini, profesora asistente de medicina física de la Universidad de Pittsburgh. “Actualmente, no tenemos soluciones efectivas para los pacientes que sufrieron un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral traumática, pero existe un creciente interés en el uso de neurotecnologías que estimulan el cerebro para mejorar las funciones motoras de las extremidades superiores”.

El equipo propuso usar DBS para estimular una estructura profunda en el cerebro llamada tálamo motor, un centro clave para el control del movimiento. Debido a que esto nunca se había hecho antes, primero lo probaron en monos, que tienen los mismos vínculos que las personas entre la corteza motora y los músculos.

Tan pronto como se activó la estimulación, los monos tuvieron una activación muscular y un agarre significativamente mejores.

No se observó ningún movimiento involuntario.
Luego, repitieron el procedimiento utilizando los mismos ajustes de estimulación en un voluntario humano que ya estaba listo para someterse a la implantación de DBS para ayudar con los temblores del brazo causados por una lesión cerebral que paralizó gravemente ambos brazos.

Una vez más, el rango y la fuerza de movimiento mejoraron inmediatamente tan pronto como se activó la estimulación. El participante fue capaz de levantar un peso moderadamente pesado y alcanzar, agarrar y levantar una taza para beber de manera más eficiente y suave que sin la estimulación.

Los hallazgos promisorios se publicaron en la edición del 1 de octubre de la revista Nature Communications.

“La ECP ha cambiado la vida de muchos pacientes”, señaló en un comunicado de prensa de la universidad el autor principal del estudio, el Dr. Jorge González-Martinex, director del programa de epilepsia y trastornos del movimiento de la universidad. “Ofrece una nueva esperanza a millones de personas en todo el mundo”.

Su equipo ahora está trabajando para probar los efectos a largo plazo de la ECP y para averiguar si la estimulación continua podría mejorar aún más la función del brazo y la mano en pacientes con lesión cerebral traumática o accidente cerebrovascular.

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