Un escenario de pesadilla
Las alertas se habían emitido. Los habitantes de Acapulco se habían preparado para la llegada de Otis, pero nunca imaginaron su destrucción. En medio de la oscuridad, las primeras ráfagas del huracán azotaron la ciudad.
Los primeros rayos de sol de la mañana revelaron el real impacto de Otis. Un desolador panorama de escombros y ruina. La zona hotelera de Acapulco fue la más afectada, turistas nacionales y extranjeros esperaban fuera de los destrozados edificios, con su equipaje, sin comunicación. En los sectores más populares de esta localidad, decenas de familias lo perdieron todo, sus hogares quedaron destruidos y sus pertenencias debajo del agua. También se inundaron algunos hospitales y los pacientes tuvieron que ser evacuados a zonas más seguras.
Las familias que habían vivido generaciones en sus casas vieron cómo sus hogares se desmoronaban frente a sus ojos.
Zonas completamente devastadas y muchas personas continúan incomunicadas. La principal autopista de Guerrero sigue cerrada. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, viajó hasta Acapulco vía terrestre, pero por la destrucción de las carreteras tuvo que pasar varios tramos a pie y otros en diferentes vehículos.
Varios países anunciaron que enviarán brigadas para colaborar con el Gobierno mexicano. A las tareas de búsqueda y rescate también se suman Orly y Halley, perros rescatistas de la Cruz Roja.
El Servicio Meteorológico Nacional (SNM) informó que habrá intensas lluvias por los remanentes de Otis.